
El K-pop o música pop coreana es un género musical con características peculiares: además del país y cultura al que hace referencia y donde se origina, el sonido es moderno e incluye ritmos del rock, electrónico, dance, R&B y otros; igualmente, hay mucho énfasis en el trabajo audiovisual que rodea al artista, por ejemplo, lo que visten, coreografías al interpretar sus canciones, videos musicales e incluso su relación directa e interacción con sus seguidores, todo marcado por un halo enérgico, juvenil, colorido y actual.
Los inicios del K-pop están en la década de 1990, aunque con raíces que van mucho más atrás, si bien el género musical comenzó a llamar la atención en el resto del mundo cuando empezó a extenderse, varios años después, hacia nuevos mercados y, aprovechando la globalización, llegar hasta occidente.
Pasó de ser una tendencia a una industria integral y, luego, un fenómeno cultural. A raíz de ello, retomándolo a su favor, se encuentra la película Las guerreras K-pop (EUA, 2025), o KPop Demon Hunters, un concepto de animación que mezcla el género musical con la aventura, poniendo al centro a sus tres protagonistas, Rumi, Mira y Zoey, tres jóvenes que forman parte de un grupo artístico llamado Huntr/x y que, al mismo tiempo, se dedican a cazar demonios.
La combinación de ideas funciona, en gran medida porque, correspondiendo con las características del K-pop, hay agilidad narrativa y visual, cargada de un halo vibrante de modernidad, ingenio, creatividad, dinamismo y movimiento, ya sea en las imágenes, los diálogos o la historia misma y sus transiciones, incluyendo las que hay en pantalla, centrándose no sólo en la música sino en lo que la motiva y no sólo en la fantasía sobrenatural, sino en lo que con ella quiere reflejar y reflexionar en su analogía con el mundo real.
En la cinta, la música de Huntr/x es un medio para acercarse a la gente y conectar al mundo, con los fans de la agrupación y con sus voces para, con ellas, proteger al planeta de demonios que quieren alimentarse del alma de las personas. Esto es algo que apela a la unidad y la solidaridad, es, asimismo, una forma simbólica de decir que hay mejores resultados si como sociedad permanecemos unidos en lugar de individualistas y aislados.
Es también una alegoría importante sobre el poder que hay en la voz de cada persona, no literal, sino metafóricamente hablando. El valor de ‘encontrar tu propia voz’ es un tema recurrente en el relato, en el sentido de encontrarte a ti mismo y la fuerza que hay en esa introspección, tanto como en la subsecuente autoaceptación.
Este es el viaje (y arco narrativo) de Rumi, uno de los personajes principales, si no es que concretamente el eje central del relato. Rumi es la vocalista principal de Huntr/x, lo que representa para ella una responsabilidad importante, tomando en cuenta que el objetivo es que la música de la agrupación llegue a la mayor cantidad de personas posible, para, al conjuntar la voz de todos los fans, reforzar el manto que mantiene a los demonios contenidos y lejos del mundo humano.
La meta de reforzar al máximo esta barrera denominada Honmoon está cerca, de forma que Rumi presiona a sus compañeras para no frenar el ritmo, ni la misión, continuar con los conciertos, las giras, las presentaciones y los lanzamientos de nuevas canciones. Sin embargo, la verdad es que hace esto porque en secreto calla su verdadera motivación: ella misma es mitad demonio y esconde las marcas en su cuerpo que revelan esta realidad.
Según Celine, la asesora del grupo, ella misma una ex cazadora de demonios y quien crio a Rumi cuando la madre de ésta murió, sus marcas desaparecerán si el Honmoon alcanza un color dorado, que sellaría por completo el exilio de los demonios, liderados por Gwi-Ma, su rey. Rumi se presiona tanto, creyendo que debe esconder su verdadera naturaleza y acatar órdenes para cumplir con un rol que le fue impuesto, que literalmente comienza a perder su propia voz, lo que no es más que una forma simbólica para expresar cómo, en el proceso de complacer, acatar y pretender, se está perdiendo a sí misma entre las expectativas y las obligaciones que caen sobre sus hombros; es decir, en esencia, está perdiendo su identidad.
Gwi-Ma se alimenta de las inseguridades, miedos y vergüenza que sienten los demonios, que no son más que personas que cedieron ante todo aquello que poco a poco fue corrompiendo y destrozando su ser. Este ser refuerza su poder haciendo dudar a aquellos sobre los que tiene influencia, volviéndose la voz que acrecienta los temores que alguien puede llegar a sentir; se instala en la autocrítica excesiva y destructiva, promueve la falta de confianza y la desvalorización personal. Esa voz que hace a las personas titubear y pensar que todo es negativo; voz que cualquiera ha sentido al menos una vez en su vida, esa que se centra en lo malo y no en lo bueno, en claudicar en lugar de luchar, en abandonar antes que obligarse a seguir.
Lo interesante de la película es cómo plantea el tema, reflejando una sociedad en la que hay muchos cánones que nos dicen que debe ser así, o que nos hacen sentir presión, temor, duda, indecisión y vulnerabilidad: expectativas erróneas, competitividad despiadada, cantidad sobre calidad, realidades distorsionadas a través de filtros sobrevalorados o ideales excluyentes, por mencionar algunos.
Cuántas normas del pasado en su momento no inculcaron que hay que ser sumisos y acatar, porque eso era lo socialmente aceptado; o que no es bueno rebelarse porque en lugar de iniciativa es catalogado como una infracción; cuántas veces no ha habido personas señaladas por ser diferentes, presionadas para cumplir un rol específico o a esconder su realidad: lo que son, cómo son y aquello que los identifica.
El mensaje recalca la importancia de romper con esas ideas conservadoras, prefabricadas y poco sanas, para, en cambio, elegir aceptarse uno mismo, abrazar aquello que nos hace únicos, dejar de esconder lo que los demás creen que es malo, o que no será aceptado, porque lo relevante no es cómo los demás se sienten respecto a ti, sino cómo tú te sientes respecto a ti mismo.
En el caso de Rumi, por ejemplo, la película la representa de una manera visualmente clara, sus marcas demoniacas, esas que Celine le ha dicho que esconda, alegando que por ellas nunca podrá ser aceptada, asumiendo que el mundo, especialmente Zoey y Mira, la rechazarán porque eso es lo que hace la sociedad por inercia, señalar y condenar, en lugar de valorar a las personas por lo que son, no por el estereotipo, la etiqueta o la equivocada noción que se hace de la gente en función de la división en grupos sociales que, llevado al extremo, resulta en discriminación, ya sea por raza, género, etnia, religión, ideologías y demás.
“Soy cazadora. Soy fuerte. Mis miedos y fallas no muestro jamás”, es el lema que Celine les hace repetir constantemente a sus discípulas, un mensaje que, a la larga, lleva a la autodestrucción. La vida no se trata de esconder defectos o ignorar desaciertos, sino analizarlos, aprender de ellos y entonces mejorar. Si las personas nunca muestran sus miedos y fallas, cómo van a enfrentarlos, adaptarse, aceptarse y abrazar su identidad. Si todo parece perfección, pero es una realidad falsa y disfrazada, las personas terminan envueltas en un autoengaño, en el que su reflejo en el espejo comienza a verse difuso, incluso para consigo mismas.
Una vez que Rumi se acepte como es, el mundo hará lo mismo: pero incluso si los demás no lo hicieran, ella tendría claro quién es y cuáles son sus fortalezas. Nadie está libre de cometer errores, todas las personas en algún momento tienen inseguridades y tropiezos, nadie es perfecto ni hace siempre lo correcto. Lo que la película plantea es que esto no es malo, lo malo sería dejar que esa voz de Gwi-Ma, la de negatividad y auto-duda, tome el control de las cosas, engrandeciendo todo lo malo y, por ende, evitando que se pueda crecer de ello, convertirlo en fortaleza en lugar de debilidad.
Jinu, el líder de los Saja Boys, un grupo musical enviado por Gwi-Ma para desestabilizar tanto a Huntr/x como su posicionamiento entre los fans y por ende la fuerza de la barrera de Honmoon, es por ello un personaje también significativo. Cuando era humano, anhelaba una vida mejor para sí; el rey demonio se lo concedió, así que Jinu abandonó a su madre y hermana para mudarse a un palacio real para entretener a reyes y princesas con su canto, obteniendo a cambio lujos y comodidades.
Su ambición y egoísmo fueron más fuertes, logrando que eventualmente Gwi-Ma pudiera tomar control de él. Ahora Jinu propone asegurarse de que las cazadoras de demonios Huntr/x fallen, a cambio de que le borren esos recuerdos del pasado que le atormentan. El arrepentimiento es claro, el problema es que Jinu vuelve a actuar en beneficio propio. Rumi propone ayudarlo, porque cree en la bondad que hay en cada ser vivo; si bien asume, porque no conoce su historia completa, que su pasado está marcado por la injusticia y que fue separado de su madre y hermana, no que las abandonó por elección propia.
Esto juega un papel clave en el desenlace de la historia, pues Jinu se da cuenta que no puede seguir dejándose consumir por sus faltas; no podrá borrar el pasado, pero puede escribirse un futuro diferente. Lo que hizo representa quién fue, no quien es ahora. Algo que Jinu y Rumi comparten, la sensación de que sus cicatrices (en el caso de ella muy literales, pero reflejando una huella emocional), es todo lo que el mundo ve, reconoce o percibe de ellos.
La lección consiste en entender que no se trata de enterrar o esconder ese pasado, nuestras cicatrices, errores, inseguridades o vergüenza; pero tampoco hay que envolverse en ellos hasta perderse, ni definirse exclusivamente a partir de lo que representan o tomar acción a raíz de su poder de destrucción. Más bien, el reto consiste en aceptar y crecer a partir de todo esto, sabiendo que siempre habrá días malos y días buenos, que se tomarán decisiones equivocadas, pero también correctas, que a veces se gana y a veces se pierde, que no se puede complacer a todo el mundo, que las caídas son algo natural y que las heridas, además de que hay que ayudarles a sanar, hay que dejar de negarlas, esconderlas o ignorarlas.
Así que Jinu no puede seguir atascado en lo que hizo mal, más bien, tiene que comenzar a hacer las cosas bien. En lugar de poner todo su empeño en cómo salvarse a sí mismo, debería ayudar a salvar a los demás de entes como Gwi-Ma y lo que este demonio representa. Un Gwi-Ma que hace a las personas pensar que no son suficientes, que no son especiales o que hay algo ‘malo’ en ellos.
Zoey por ejemplo, se ve afectada cuando cae en el error de siempre querer complacer a los demás, poniéndose constantemente en segundo plano, de una forma que puede llegar a ser dañina, constantemente velando por los demás, pero nunca por ella misma. Mira también se vuelve presa de esta negatividad, toda vez que se hace evidente que siempre está a la defensiva, construyendo barreras, alejando a los demás, porque de entrada piensa que van a rechazarla, pues teme nunca lograr acoplarse en ningún lugar.
Lo que la película analiza es que no tienes que esconderte ni pretender ser alguien que no eres, sólo para encajar, ser aceptado o cumplir expectativas de los demás; está bien ser tú mismo. No estás solo, es la otra parte importante de lo que habla la historia; es decir, nuestras inseguridades no deberían avergonzarnos, porque son parte de quienes somos, pero, al mismo tiempo, no son todo lo que somos.
“Esperé tanto para derribar estos muros. Para despertar y sentirme como yo misma. Ahora dejo todas esas marcas en el pasado y finalmente vivo como la chica que todos ven. Sin esconderme más, voy a brillar como nací para hacerlo. Porque somos cazadoras, con voces fuertes y sé que voy a creer en eso […] Me cansé de esconderme. Ahora voy a brillar como nací para hacerlo. Es nuestra hora, sin miedo, sin mentiras”, dice una de las canciones de Huntr/x, resumiendo y reflexionando con claridad: sé tú misma y, más que nada, elige tú lo que quieres para ti.
Ficha técnica: Las guerreras Kpop - KPop Demon Hunters