
Recuerda...
“Tengo derecho a un lugar en este mundo, sin vanidad ni arrogancia, me respeto, me estimo a mí mismo y espero esto de mis semejantes”. Tengo derecho a un lugar en este mundo… es decir, soy merecedor de todos los más grandes dones de la naturaleza, no tengo (o no tenemos) porque sentirnos relegados por nadie, solo que sin vanidad ni arrogancia, buscaré mi lugar donde me corresponda, sin hacer sentir mal a los demás, sin menospreciarlos ni humillarlos, pues todos son (como yo) hijos de Dios.
Me respeto y estimo a mí mismo y espero esto de los demás… Ahora que ya puedo comprender que ya tengo un lugar privilegiado, que puedo decir como Jesús, estoy sentado a la diestra de Dios Padre, debo guardarme el más absoluto de los respetos y consideraciones a mi persona, ya no voy a menospreciarme a mí mismo, aquellas frases de auto limitación: “Como estoy bruto”, “Como estoy tonto”, “No sirvo para nada”, “Como soy inútil”, “Nadie me quiere”, “Nadie me comprende”, “No me alcanza el dinero”, “Como estoy enfermo”, “Mi conyugue me limita”, “Quisiera morirme”, “Nunca progresaré”, etc.,
Ya que no deberán tener cabida en nuestros pensamientos, pues ahora los vamos a cambiar por otras positivas como: “Soy muy inteligente”, “Soy capaz de grandes empresas”, “Tengo suficiente dinero”, “Nada habrá de limitarme”, “Mi conyugue me ama y me comprende”, “Todo mundo me acepta”, “Voy a vivir una vida llena de salud y satisfacción”, “Ocuparé los puestos más importantes de mi organización”, “Voy a tener la casa más confortable y feliz”, “Tendré el automóvil que me convenga más, para servir”, etc., etc., es decir, mi estima personal deberá subir tan alto, que todas las personas que me rodean me respetaran y admirarán por lo que soy y hago, y no por la empresa o el puesto que pudiera representar.
Cuando fui director de Protección Civil en la Comarca Lagunera, y desarrollé aquel proyecto para América Latina, muchas personalidades me invitaban a comer, me hacían obsequios, me ponían sus casas en varios lugares a mi disposición, de alguna manera se hacían presentes, lo mismo sucedió como Presidente del Comité Lagunero de Ayuda Mutua (CLAM), sin embargo, cuando ya no ocupaba ningún cargo público importante, sino que simplemente seguía luchando por mis sueños, por mis metas, por la gente; todos aquellos que me habían adulado por los puestos o las organizaciones que representé en su tiempo, rara vez se volvieron a acordar de mí, incluyendo personas muy cercanas a mí, salvo excepciones claro, como el grupo que aún nos reunimos con nuestro líder en la comida anual desde 1996, y en la que nos vemos con gusto por ser quienes somos sencillamente, mi reconocimiento a mi amigo Salvador y a su esposa Nancy, por esa iniciativa que han tenido año tras año y por supuesto a muchos amigos de muchas empresas que me propusieron en su momento como ciudadano distinguido de Torreón, y a ciudadanos tal vez como usted que ha seguido mis pasos a través de los años y que seguimos tratándonos y respetándonos, como buenos amigos, porque tanto usted como yo nos apreciamos en lo que significamos como personas, no por el puesto o lo que representamos.
Así que le voy a pedir que medite mucho estos conceptos, y sea digno de confianza y respeto de toda la ciudadanía, actué con honradez, sencillez y amabilidad y será respetado.
A veces, en algunas empresas, escuelas o universidades donde imparto alguna conferencia, en algún momento de descanso, donde aprovechamos para tomar algo, escucho a algunos participantes decirse una sarta de majaderías o palabras altisonantes, muchas veces mujeres, porque alguien tomo algunas galletas de más o teniendo aún sed se sirvió un segundo refresco, y como respuesta el otro contesta con otra palabra insultante y así empieza un círculo que a veces termina en un grado de degeneración tal, que ya solo espera uno ver que alguien inicie la pelea a golpes.
Pero, ¿Qué es lo que pasa? Que esas personas, como no se respetan a sí mismas, no pueden respetar a los demás, ni les importa el respeto del lugar donde se encuentran, por lo tanto, si algo así está sucediendo con usted, empiece a concientizar este concepto y cambie su manera de ser.
Tal vez usted conozca hogares donde el trato que el padre o la madre les da a los hijos es a base de malas palabras, de insultos, de ofensas crueles hacía los hijos, donde toda la comunicación es a base de gritos, de golpes, de comparaciones odiosas, donde los hijos ya no entienden el llamado del padre o la madre, los hermanos se golpean, se sacan la sangre de la boca o nariz, unos a otros, en fin, que esos hogares son unos verdaderos infiernos ¿Conoce alguno así?
¿Y su hogar cómo es? ¿De verdad guarda usted la compostura ante sus seres queridos? ¿Medita un poco antes de soltar la palabrota, o dividir a su familia? O esto le sale tan natural ¿Cuida sus expresiones de cólera antes sus hijos e hijos políticos? Sea sincero y de ahora en adelante empiece una nueva vida en base a esta frase: “Tengo derecho a un lugar en este mundo, sin vanidad ni arrogancia, me respeto, me estimo a mí mismo y espero esto de mis semejantes”… Dios te bendice y te acoge!!!
Despertar...es
“La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien”.
A la luz de nuestras familias, decía Jesús, “No me digas que me amas, dime como vives”. “La familia que ora unida, permanece unida”. INICIATIVA LAGUNA un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el MUNDO!!! Estoy a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. A través de Twitter: @Germandelacruzc Lo invito a visitar mi blog con más de 840 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
“QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR”
Germán de la Cruz Carrizales
TORREON, COAH. MÉXICO
MMXXV