Una premisa del artista catalán Joan Fontcuberta, incluida en su libro La furia de las imágenes (2016), dicta que la sociedad contemporánea supone una nueva especie de individuos homofotográficos. Esa idea inspiró a los miembros de la galería Negativo CafeLab para iniciar con una serie de ejercicios curatoriales, capaces de ir más allá de apreciación típica de una fotografía.