Una serie de drones cargados de explosivos impactaron en diversos puntos de Kiev, incendiando edificios, abriendo un agujero en uno de ellos y obligando a la población a resguardarse o a intentar derribarlos, en lo que el presidente de Ucrania aseguró era un intento de Rusia de aterrorizar a civiles.
El uso concentrado de drones kamikaze fue la segunda ofensiva a gran escala en igual número de semanas, luego de meses en que los ataques aéreos se habían convertido en algo raro en el centro de Kiev. Los ataques sembraron temor entre la población mientras los estallidos estremecían la ciudad. La ofensiva se centró en instalaciones energéticas, y un dron prácticamente derrumbó un edificio residencial, matando a cuatro personas, indicaron las autoridades.
En la región de Sumy, al norte del país, se contabilizaron otros cinco muertos a causa de varios misiles.
Por su parte, Mijailo Podolyak, consejero de la presidencia de Ucrania, exhortó a través de su cuenta oficial de Twitter al grupo de las 20 potencias más industrializadas, que Rusia sea expulsada.
"Quienes dan órdenes de atacar infraestructuras críticas para congelar a civiles y organizar una movilización total para cubrir de cadáveres el frente, no pueden sentarse en la misma mesa con los líderes del G20 con seguridad. Es hora de poner fin a la ru-hipocresía. RF [Federación de Rusia] debe ser expulsado de todas las plataformas", sentenció.
Ataques previos de Rusia contra Kiev habían sido con misiles. Los analistas creen que los drones Shahed, de fabricación iraní y de movimiento más lento, pueden programarse para impactar con precisión ciertos objetivos mediante GPS, a menos que el sistema sufra un desperfecto.
(OLEG PETRASYUK / EFE)
