Los Guerreros vencieron anoche 2-0 a los Bravos y prácticamente amarraron su calificación directa a la liguilla. Una catástrofe, como un revés por goleada en la última jornada en casa ante Mazatlán, combinado con un triunfo de los Tigres en San Luis, también con un marcador abultado, se lo impediría.
Un domingo casi perfecto tuvieron los albiverdes en el día de Oribe Peralta, quien fue inducido como el quinto Santo Inmortal del club. Se empañó, por la fiera y grosera reacción de Javier Correa tras anotar el segundo gol de los laguneros en el tiempo de compensación, con insultos a la cabecera sur. Sus compañeros, Rivaldo Lozano y el "Chato" Ávila, también la llevaron en el "festejo" del argentino, por lo que el resto, se limitó a saludarse entre ellos. Omar Campos y Aldo López se acercaron, pero fue Alan Cervantes, quien algo le dijo.
No fue el mejor encuentro de los verdiblancos, que volvieron a recurrir a Carlos Acevedo, para mantener inmaculado el arco ante los fronterizos, que nunca bajaron los brazos, pero que tuvieron mala puntería en los momentos claves.
Harold Preciado estuvo a punto de inaugurar el marcador a los 5 minutos, pero Talavera reaccionó para rechazar la pelota.
Al 27', Gorriarán cobró un tiro libre, pero Darwin Machís que estaba en la barrera, le metió el antebrazo para impedir el paso del balón. La jugada fue revisada en el VAR, por lo que se decretó la pena máxima.
Preciado fue el encargado de cobrar la falta, haciéndolo con potencia al centro para el 1-0.
Acevedo, tuvo que evitar el autogol de Cervantes, que en su afán por cortar un centro de Machís, casi la introduce en su META, por lo que el cancerbero santista con reflejo felino, evitó el gol en contra.
Apenas iniciado el complemento, Acevedo tuvo que emplearse a fondo para atajar un peligroso disparo de Gabriel Fernández.
Diego Medina en el 48' estuvo cerca de sorprender a Talavera, que alcanzó a rechazar en un disparo a primer poste. Prieto se anticipó en una jugada en su reducto y salió con banderas desplegadas, acompañando la jugada. El balón le cayó en el área enemiga y amagó con disparar, un engaño que hizo efecto en tres zagueros y el arquero, pero el improvisado central impactó su disparo en el único defensor que no "mordió" el anzuelo.
Cervantes también tuvo la suya, pero cuando ya había superado a Talavera, en la línea de gol, Carlos Salcedo apareció para evitar el gol.
Llegó la compensación y el segundo gol de los Guerreros. Un saque de banda por derecha le fue servido del "Charal" a Correa, para que luego Cervantes abriera hasta izquierda a Omar Campos, que recortó y el balón le quedo a derecha, pero el juvenil se animó a disparar, Talavera rechazó y el balón le quedó a Correa, que tras controlar, sacó trallazo que se anidó en el ángulo. Vino el comentado "festejo" y la controversia comenzó.
(FOTOS: RAMÓN SOTOMAYOR)