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A un año de la masacre en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, en el que un joven de 18 años asesinó a 19 niños y dos maestras, una investigación del Washington Post descubrió que la costosa demora de oficiales para enfrentar al atacante también se debió a la inacción de una serie de oficiales superiores y supervisores de las fuerzas del orden que permanecieron en el trabajo y tenían conocimiento directo de que se estaba produciendo un tiroteo dentro de las aulas, pero no lograron detener rápidamente al pistolero.
El medio revisó docenas de horas de videos de cámaras corporales, entrevistas posteriores al tiroteo con oficiales, audio de comunicaciones de despacho y registros de licencias de las fuerzas del orden e identificó al menos a siete oficiales que se estancaron incluso cuando se acumularon pruebas de que los niños aún estaban en peligro. Algunos fueron los primeros en llegar, mientras que otros fueron llamados por su experiencia.
Todos siguen empleados por las mismas agencias para las que trabajaron ese día. Uno fue elogiado por sus acciones ese día, reportó el Post.
Para muchas familias, "las promesas de los principales funcionarios estatales de aplicación de la ley y del gobierno de responsabilizar a todos los responsables de la demora de 77 minutos en detener al tirador hoy se sienten vacías", mencionó el diario.
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Con heridas abiertas muy lejos de cicatrizar y llenos de demandas no satisfechas"Cuando los vemos, bajan la cabeza", dijo Felicha Martínez, cuyo hijo murió en el ataque y cuyo primo es un oficial de policía que respondió al tiroteo. "Saben que lo hicieron mal y desearían poder regresar y hacerlo de nuevo".
La fiscal del distrito de Uvalde, Christina Mitchell Busbee, dijo que todavía está investigando la respuesta a los disparos, lo que deja abierta la posibilidad de que los oficiales enfrenten cargos.
Sin embargo, si lo hicieran, sería muy inusual, ya que los oficiales rara vez enfrentan un proceso penal por pasos en falso en las crisis, de acuerdo con el Post.
El medio recordó que "el Departamento de Seguridad Pública de Texas abrió una investigación sobre media docena de agentes por irregularidades, pero absolvió oficialmente a casi todos. El jefe del DPS, el coronel Steven C. McCraw, ha dicho que personalmente renunciaría si su agencia 'como institución' le fallara a Uvalde. Insiste en que no".
El Post detalló que "en total, cuatro de los casi 200 oficiales de agencias estatales y locales que respondieron fueron despedidos después de que los superiores descubrieran que habían cometido errores críticos, según anuncios públicos".
"Los oficiales (...) no respondieron a las preguntas detalladas de The Post que describen sus hallazgos o se negaron a comentar en múltiples solicitudes de entrevistas, citando la investigación aún abierta y las demandas civiles pendientes", mencionó el medio.