Con unas puntas y con mucho amor, María Teresa Gabino logra dar formas a sus tejidos desde suéteres hasta gorros, guantes y bufandas, y ofrecerlas a los transeúntes, que saben que año con año se instala en el centro de Lerdo.
Es sobre la avenida Madero entre las calles Aldama y Cuauhtémoc, en donde ofrece sus artesanías desde hace ya 30 años, tiempo suficiente para "enamorarse" del trato de los laguneros.
María Teresa, tiene 66 años de edad, y es originaria del Estado de Michoacán, pero desde los 13 años salió de casa para establecerse en el Estado de México, en donde encontró el amor y formó una familia de seis hijos.
Fue gracias a un programa que ofreció el Gobierno Federal para el autoempleo, que María Teresa aprendió el arte de tejer, y junto a su esposo, unieron sus habilidades para emprender cada diciembre, su viaje a La Laguna y ofrecer su mercancía. El resto del año compartió sin dejar de lado su aguja de gancho, se dedican a la siembra de maíz, calabaza, haba y frijol.
Para María Teresa, diciembre no es sinónimo de fiesta sino de trabajo, pues es la mejor época para ofrecer sus prendas.
"Todo lo que es diciembre trabajamos. Nomás trabajando, ahora sí más que nada lo que Dios nos ayude y nada más", dijo siempre sonriente.
María Teresa, contó que fue su esposo, quien le habló mucho de esta región, pues anteriormente él trabajaba como chofer y recorría gran parte del país, y en La Laguna encontró algo especial
"Yo supe porque mi esposo había venido, como era chofer de una empresa, salía por todos lados a dejar mercancía. Ya no quiso trabajar de chofer. Quién sabe cómo conoció a unos señores, 'si gusta vamos a tal parte' y así fue. Desde entonces, no han dejado de venir ni un diciembre para ofrecer sus verdaderas obras de arte, que ayudan a proteger de las bajas temperaturas a quienes las portan."
"Aquí la gente es muy amable, son muy buenas personas", dijo sincera María, quien aseguró que mientras Dios les dé vida y salud, seguirán regresando a La Laguna.
Tanto ha sido su gusto por la región, que hasta ha quedado "prendida" del sabor de las tradicionales reliquias laguneras.
"Quién sabe qué le echarán a la reliquia sabe sabrosa. Allá hay otro tipo de platillos", compartió sonriente.
María, aunque reconoce que en la zona donde vive, muy cercana al nevado de Toluca, le ofrece paisajes muy bellos, La Laguna ya ocupa un lugar especial en ella, por lo que insiste en que regresarán en cada temporada invernal.
Desde hace 30 años, María Teresa viaja a la región Laguna para ofrecer sus artesanías en esta temporada invernal. (VERÓNICA RIVERA / EL SIGLO DE TORREÓN)