Depresión invernal, ¿qué es y cómo combatirla?
La temporada invernal trae consigo mayor susceptibilidad a problemas relacionados con la salud, entre ellos, problemas asociados a la salud mental.
De acuerdo con Mayo Clinic, el trastorno afectivo estacional es un tipo de depresión asociado a los cambios de estación, en especial la transición de otoño e invierno. Sin embargo, también es posible que se presente durante la primavera y el verano, a este se le llama trastorno afectivo estacional de patrón de verano.
Sus síntomas pueden durar entre cuatro y cinco meses al año, además varían en cada persona. Al ser un tipo de depresión, algunos signos y síntomas se relacionan con la depresión mayor, mientras otros síntomas específicos difieren al trastorno de patrón invernal o de verano.
El National Institute of Mental Health (NIH) señala que los síntomas pueden incluir sentirse deprimido gran parte del día casi todos los días, pérdida de interés en actividades que alguna vez disfrutó, cambios de apetito o peso, problemas para dormir, sentirse lento o agitado, poca energía, sentirse sin esperanza o inútil, dificultad para concentrarse o tener pensamientos frecuentes sobre la muerte o el suicidio.
Los síntomas específicos del patrón invernal incluyen el dormir por mucho tiempo (hipersomnia), comer en exceso, en especial tener antojos de carbohidratos, y por consecuencia aumento de peso. También existe retracción social, el sitio del Instituto lo refiere como una sensación de necesidad de hibernación.
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En riesgo
El portal del Instituto Mexicano del Seguro Social detalla que las personas con mayor riesgo de sufrirla son quienes tienen ya diagnosticada alguna enfermedad psicológica o trastorno bipolar. Asimismo, menores, adolescentes, mujeres, adultos mayores y personas que viven solas, aisladas o son inestables emocionalmente.
Añade que para reducir el riesgo, se recomienda la exposición a la luz entre 20 a 45 minutos diarios. Si no es posible exponerse a la luz natural, se recomienda utilizar la luz de lámparas que simulen la iluminación natural.
El incremento de la actividad física es beneficioso para la salud. Basta con realizar breves caminatas al exterior de la casa. Si se tiene la costumbre de tomar siestas, se debe procurar que sean menos de 20 minutos. En suma, evitar la ingesta de alcohol y la alimentación adecuada son medidas imprescindibles.
Dentro de las medidas disponibles para tratar el trastorno se encuentra la fototerapia, que es terapia con luz; la psicoterapia, medicamentos antidepresivos y la vitamina D. Pueden usarse solos o combinarse, esto de acuerdo con el NIH.
Para tomar el control de su salud es necesario acudir a su proveedor de atención médica para que le proporcione las mejores opciones de tratamiento temprano y prevenir episodios depresivos.