ENRIQUE CASTRUITA/ EL SIGLO DE TORREÓN
El reloj marcaba las 08:00 de la noche del jueves 19 de octubre, cuando varios laguneros, algunos luciendo botas y sombreros, se dieron cita en el Coliseo Centenario para ser partícipes del Evolución Tour de Intocable.
Ricky Muñoz y sus inseparables acordeones de color negro y blanco, René Martínez detrás de la batería; Sergio Serna, percusionista; Félix Salinas, con las notas graves; en el bajo quinto Alejandro Gulmar y Johnny Lee Rosas, en el bajo sexto y segunda voz, trajeron la frescura del texano-norteño nuevamente a Torreón, Coahuila, después de un año de su última presentación en este emblemático recinto de espectáculos.
A las 21:30 horas, las siluetas de los integrantes resaltaron entre la oscuridad, anunciando el inicio del concierto.
La emoción en los presentes no se hizo esperar y fueron deleitados con Obsesión, su más reciente tema, el cual dieron a conocer el mes pasado junto a un video musical tipo historieta, en el que el superhéroe “El Intocable” vence a la música negativa.
Luego, Eres mi droga desató gritos más fuertes en el público. Siguió Cajita de cartón, canción que se ha adueñado de las redes sociales musicalizando a varios TikToks.
“Ya de mi parte no hay rencores, porque mi vida es toda tuya” entonaron los fans a todo pulmón con Un Desengaño.
La música era acompañada por diversas imágenes que se transmitían en una enorme pantalla que abarcaba toda la parte posterior del entarimado.
Las parejas se pusieron de pie para demostrar sus mejores pasos con Qué voy hacer y Aire.
La sonrisa de Ricky lo decía todo, estaba muy agradecido y cada que tenía oportunidad decía “felicidades Torreón se ven increíble".
Después de que este último le dirigió unas palabras al público, atendió algunas peticiones, una en particular fue conmovedora, ya que hasta sus manos le hicieron llegar una fotografía con un mensaje escrito en la parte de atrás: "podrían por favor pasar la foto de mi amiga que falleció hace unos meses cuando canten la canción El amigo que se fue, ella se llama (porque todavía vive dentro de nosotros) Noemí, te lo pido con todo mi corazón” leyó en voz alta.
Ante ello, el cantante texano prometió tenerla presente en dicha melodía.
Las complacencias siguieron y por otro fan interpretaron A veces, para lo que Muñoz cambió de acordeón.
"Se los prometo que estoy súper nervioso", dijo antes de entonarla; en medio de suma concentración demostró sus habilidades como músico y vocalista. Al finalizarla externó con gracia "a veces me sale, y a veces no me sale”.
Como ovación a la manera en la que tocan los instrumentos en Estás Que Te Pelas, un admirador se quitó el sombrero.
La velada continuó con un viaje al 2011, cuando sacaron su álbum con el mismo nombre.
"Esta canción es súper importante para nosotros", empezó a decir Ricky, pero se vio interrumpido por la acción de una persona que estaba en las primeras filas, ya que usaba audífonos en medio concierto, “es lo peor que le pueden hacer a un músico” dijo el cantante, que fue apoyado por los asistentes que comenzaron a abuchear al señalado.
Después de ese momento, el concierto se retomó con Prometí.
Toda la zona vip se puso de pie al ritmo de Amor maldito. Los primeros versos fueron esa llama que encendió al público. En la pantalla apareció un incendio, ramas en llamas, vistiendo el escenario de color carmín.
De la euforia siguió la parte más melancólica de la presentación, llegó el momento de El amigo que se fue. Y del calor al frío, el escenario se tornó de luces blancas, con imágenes de nubes; el público entonó la canción al unísono. Su génesis es un homenaje a los miembros fallecidos de la banda.
Hubo un segundo cambio de acordeón para interpretar Si me duele que duela.
La remembranza de su independencia siguió en pie con Un poquito tuyo, Por ella (Poco a poco), Alguien te va a hacer llorar, Te amo (para siempre).
Las bromas no faltaron y para anunciar la última parte de la velada bautizada por ellos mismos como la de “los grandes éxitos”, Ricky enunció varios nombres de canciones como si estuviera jugando a la lotería; "buenas con el borracho".
También celebró haber probado la gastronomía lagunera, "las gorditas estuvieron de poca madre".
El público tenía todavía mucho por dar, ¿Y todo para qué?, y Sueña fueron las últimas en la lista, “Se pueden ir en paz, este concierto se ha terminado” expresó el vocalista.
Muchos comenzaron a retirarse, cuando los gritos de los que se quedaron los devolvieron a sus asientos, y es que salieron a entonar más éxitos como Soñador eterno.