Columnas Finanzas

Un Diálogo Franco

Mucho insulto y pocas nueces

ARTURO FRANCO

Coahuila hoy se debate entre un pasado muy presente y un futuro que se siente sobrepasado. 

Entre frases obscenas en el arranque de campaña, y dos debates que dejaron mucho que desear, el saldo de las primeras tres semanas de actividades entre los cuatro candidatos a la gobernatura del Estado es uno de política de insultos, más que política de ideas. 

Vivimos en un momento idóneo para plantear un proyecto robusto de desarrollo y bienestar social para las y los coahuilenses, con enormes ventanas de oportunidad que hemos venido mencionado en esta columna: el bono demográfico que representa la juventud de nuestro Estado, el nearshoring y otras tendencias positivas de localización geográfica, la posibilidad de integrarnos más con la economía digital. 

Vivimos también en un momento crítico en la vida pública de nuestra región. Con el trasfondo de una enorme debilidad fiscal que restringe la inversión y el gasto adecuado, hoy enfrentamos una serie de necesidades cada vez más urgentes, de crear oportunidades educativas y de empleo; de resolver la crisis del agua; de mejorar la seguridad, sobre todo para nuestras mujeres. 

Lamentablemente, hasta la fecha los candidatos se han concentrado mucho más en descalificaciones y reclamos personales, en adhesiones y críticas a proyectos políticos nacionales, que en presentar un diagnóstico claro de la transformación que requerimos, una visión que realmente nos inspire. 

—“Este es un ejercicio ciudadano, democrático, hecho para que los ciudadanos puedan emitir un voto informado,” dijo el empresario Roberto Cabello Elizondo, presidente de Coparmex Coahuila Sureste al dar inicio a la sesión de esta semana, “nuestro objetivo es debatir ideas, y este no es un espacio para lanzar ataques.” 

Lo que hemos visto hasta ahora es justo lo contrario. En vez de pintar un panorama de lo que podemos ser mañana, los candidatos se han dedicado a evocar pasajes del ayer y hoy: la megadeuda, los Moreira, Evaristo Pérez Arreola, ya sabes quién. Quizá la única ausencia de alusiones a nuestro pasado político en estas semanas ha sido la del PAN estatal, al que nadie se ha referido.

 Claramente para algunos Coahuila es una ficha más en un tablero nacional, un simulacro de lo que viene en 2024. Para otros, la elección local significa la supervivencia misma, el último coto de poder en un contexto de rechazo generalizado. 

Para nosotros, los ciudadanos, la decisión que tomaremos este 4 de junio no es trivial. Como nos recuerda el periodista Javier Garza Ramos, “dos de cada tres coahuilenses creen que debe cambiar el partido en el gobierno, pero hay ambivalencia sobre si ese cambio debe apuntar a Morena.” Estamos ante una elección histórica, un posible rompimiento con la continuidad de casi cien años. Y en principio, estas campañas deberían ayudarnos a decidir y motivarnos a participar. 

Lo que quisiéramos ver en las siguientes semanas es un verdadero debate sobre el proyecto económico que pueda llevar a Coahuila cuando menos a la media tabla en el ingreso medio de los hogares en el país. Lo que queremos también es presenciar una nueva manera de hacer política. 

El debate de esta semana mostró pocas luces en ese sentido, y la mayoría surgieron gracias a la participación de observadores ciudadanos. 

Me gustó, por ejemplo, la referencia del candidato Lenin Pérez a un modelo de “equidad y justicia” con enfoque en el desarrollo sub-regional. La orientación de Manolo Jiménez hacia la “calidad de vida” cómo objetivo ulterior de su agenda, o su mención de profesiones de alta remuneración—robótica, ciberseguridad, programación—también fueron positivas. 

Quizá la crítica del candidato de Morena, Armando Guadiana, por la falta de diversificación económica en la región carbonífera, o la propuesta de Mejía Berdeja—quien se hace llamar El Tigre, aunque nadie le dice así—sobre nuevos corredores económicos, representan distintas piezas de ese rompecabezas que debemos armar, los ciudadanos, para asegurar el progreso. 

Decía el primer ministro francés, Charles de Gaulle, que “la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos.” Elevar el nivel del debate público es una responsabilidad compartida. En los 44 días que nos quedan antes de esa cita con la democracia, debemos examinar a cada uno de los cuatro candidatos en sus valores, visión, conocimientos y experiencia. 

Arturo Franco es un economista, escritor y emprendedor social lagunero. Actualmente es vicepresidente senior del Centro para el Crecimiento Incluyente y autor de “Mérito: Construyendo el País de Nosotros.” 

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