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500 días con ella

Se trata de una película dirigida por el estadounidense Marc Webb, cuya historia abre debate sobre la idealización de las relaciones de pareja.

500 días con ella

500 días con ella

JULIANA BRISEÑO

Hablar de 500 días con ella (2009) es retomar un debate que lleva más de una década, donde se discute si Summer fue completamente sincera con Tom, si sólo fue su amiga o, en realidad, su enemiga. “Esta es la historia de un muchacho que conoce a una muchacha, pero no supongan nada, esta no es una historia de amor”.

La narrativa se centra en la ciudad de Los Angeles, Californa, en la cual habita un joven llamado Tom Hansen (Joseph Gordon-Levitt), un arquitecto de profesión que por circunstancias de la vida se encuentra laborando para una empresa dedicada a fabricar tarjetas de felicitación. En dicha organización, un 8 de enero, ingresa a la compañía una chica llamada Summer Finn (Zooey Deschanel) y desde ese día Tom queda flechado ante los encantos de la chica.

En una breve introducción, se aprecia la descripción de los personajes principales, develando la razón de su comportamiento. Se narra que Tom es un chico con expectativas muy altas en cuestiones amorosas, debido a sus gustos musicales y por una mala interpretación de la película El Graduado; él sólo sería feliz hasta encontrar a su chica perfecta.

Por el contrario, Summer se desarrolló en un entorno completamente distinto, al crecer con padres divorciados. Esta crianza provoca que ella no crea que una relación sea duradera. A Summer sólo le gustan dos cosas: su largo cabello y que lo puede cortar sin sentir ningún dolor.

Tom y Summer no habían interactuado, hasta que se encuentran en un elevador. Tom escucha una melodía de The Smiths, esto le llama la atención a Summer, ya que es una banda que también le agrada. Ambos sostienen una breve charla. Él queda aún más intrigado con la chica, pues tras ese encuentro denota más interés por ella; quiere saber de dónde viene y las cosas que le gusta hacer. Una noche salen a un bar. Tras unos tragos y convicencia, Summer les platica que ella no cree en el amor, que lo ve como una simple fantasía. Tom se decepciona, pero aún así le confiesa que le gusta.

UNA RELACIÓN COMPLICADA

Poco a poco la convivencia se torna más íntima: besos, abrazos, salidas a comer, ver películas juntos, tomarse de la mano, entre varias señales que pueden confundir a cualquiera, al pensar que se un mensaje de que la relación se torna cada vez más amorosa. La situación puede emocionar e ilusionar al espectador, pues todo parece indicar que Tom está encontrando a la chica que siempre soñó.

La vida de Tom cambia por completo al estar con Summer. El chico mejora su productividad laboral, así como su interacción con sus amigos y su hermana. Esto es algo común cuando alguien se ilusiona por el amor de pareja. Se ve una vida de color de rosa, se cree se está bien, que se necesita a alguien para mantener una estabilidad emocional. Algo muy similar a la dependencia, un grave error que duele afrontar.

El protagonista está en las nubes. No obstante, es momento de ver qué quiere Summer, si ella siente lo mismo y cual será el rumbo de esta “relación”. Tom le pregunta qué son y hacia dónde van. Ella responde que no lo sabe, que sólo espera disfrutar y pasarla bien. Él lo acepta, de mala gana, resignado.

Así comienza el debate: ¿en verdad Summer es la malvada de esta historia? Tal vez duele aceptarlo. pero ella en todo momento fue sincera al revelar sus sentimientos y lo que buscaba en ese momento, Aunque es verdad que sus señales no expresaban lo mismo y decir que ambos eran sólo amigos abre campo a la duda.

Es cierto que ambos deben aceptar su responsabilidad afectiva, pues comparten culpa por dejar avanzar la relación pese a percatarse de que el otro no correspondía como se quería, de que el “amor” no era recíproco. Sin embargo, la costumbre, las ganas de querer pasarla bien, los orillo a seguir hasta que un día la bomba explotó.

Al mostrar indiferencia y aclarar que ella ya no quería verlo, Tom cae en una profunda depresión. Vuelve tener la vida que llevaba antes, esa tapizada por el aburrimiento de lo cotidiano, con el sentimiento infantil de no querer ver feliz a los demás y enumerar todos los defectos que pueda tener Summer.

Como sucede al término de toda relación, llámese amorosa, laboral o de amistad, en el rompimiento cada individuo se percata de cuestiones obvias, pero que dentro del vínculo no podía apreciar al estar cegado por la emoción. La lección otorgada es que las expectativas generadas hacía los demás son muy distintas a la realidad.

En medio de la vorágine (como se ve reflejado en Tom) se pueden extraer cosas buenas de los males. La depresión provoca que Tom quiera ser otra persona. Decide renunciar de su empleo, con el deseo de superarse, mejorar y ejercer su profesión de arquitecto. “De lo malo lo bueno”, acuña un dicho. En ocasiones, las malas rachas generan un bien al buscar otro camino, al desear mejorar y darse cuenta de que la zona de confort evita en ocasiones cambiar las cosas. Se trata de olvidar el pasado y simplemente seguir.

Previo a la escena final, el tiempo ha pasado y los personajes han retomado sus vidas. Tom busca trabajo como arquitecto y Summer se ha casado. Los dos se encuentran, mantienen una platica en el lugar favorito de Tom. Allí hablan sobre lo sucedido, abordan su relación y cómo las cosas han cambiado para ambos. Entonces, Tom pregunta cómo es posible que se haya casado si ante no quiere ser la novia de nadie. La respuesta duele, pero son palabras sinceras. Summer advierte que su forma de ver el amor era errónea, que se dio cuenta de que este sí existe y por eso decidió dar el paso con otra persona. Algo que con Tom no logró sentir.

Los seres humanos pueden cambiar de perspectivas y prioridades. Se trata de un proceso de crecimiento, de una catarsis que puede ayudar al crecimiento personal.

CONCLUSIÓN

500 días con ella es una historia de un amor juvenil, donde en origen se romantiza el amor a primera vista, haciendo creer que el cariño debe ser reciproco. Pero también muestra que idolatrar a una persona hace creer que ambos van por el mismo camino. No obstante, el espectador puede percatarse de que Summer fue sincera desde el inicio de su “relación” al expresar lo que estaba buscando. Sin embargo, pese a los pronósticos, Tom quiso afrontar el reto, pero en realidad no era el amor que este romántico empedernido quería encontrar.

Cada persona es responsable de su sentir, pero se debe ser empático y tener conciencia de cómo pueden hacer sentir sus acciones a los demás. La honestidad es primordial en las relaciones interpersonales.

Summer es inocente por ser clara y poner las cartas sobre la mesa, pero culpable por sus actos. Tom es culpable al idolatrar a alguien que no era el amor de su vida sólo por tener cosas en común. El amor ciega pero, el corazón roto es algo que puede aprovecharse para aprender de ello y tener un nuevo comienzo.

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