
Democráticos y populares
La alternancia de partidos en el poder es la prueba de fuego de cualquier democracia. Un país puede decir que su sistema político es democrático, pero si todas las elecciones las gana un mismo partido y no hay contrapesos al poder habrá que cuestionar la afirmación.
Muchos países comunistas añadían a sus nombres oficiales el adjetivo “democrático”. Era el caso, por ejemplo, de la República Democrática Alemana, en cuyas elecciones sólo podían participar los candidatos aprobados por el gobierno. El régimen de esa Alemania oriental se desplomó en 1989 como consecuencia de su falta de democracia. Corea del Norte tiene todavía el nombre oficial de República Democrática Popular de Corea, pero mantiene un sistema autoritario, más aún, monárquico, porque el poder pasa de padres a hijos. La Corea “democrática” no ha tenido alternancia de partidos en el poder desde que Kim Il-Sung estableció su régimen en 1948.
(más contenido)