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El sabio pueblo

JOSÉ LUIS HERRERA ARCE

Después de tanta definición, en el artículo pasado, ahora es el momento de abordar dos temas que me interesan: democracia y pueblo.

La democracia es el gobierno del pueblo, se supone, pero esto es muy difícil de comprobar debido que es imposible conocer lo que quiere cada uno de los ciudadanos y por qué lo quiere, le convenga o no. Muchos autores han hablado sobre el asunto, desde los griegos; pero de todas las opciones, actualmente ha sido la más viable para formar gobiernos; sin embargo, el concepto mismo puede tener diferentes concepciones a partir de diferentes ideologías. El liberalismo y el socialismo difieren en la forma de comprender la democracia. En el liberalismo se vota con libertad, en el socialismo se impone un pensamiento al que se supone el pueblo debe aferrarse, resulte como resulte. Es más, no hay partidos políticos; o sea, que no tienes de donde escoger. El pueblo libre, o la Cuba libre, debe de aguantarse con las decisiones políticas del partido, porque de otra forma se convierte en el enemigo del pueblo. Se forman los gobiernos totalitarios en nombre del pueblo.

En el liberalismo, por lo menos, hay una pequeña opción al cambio. Si un partido falla, es posible cambiar, evitando las dictaduras de partido.

El maravilloso pueblo, tan sabio, ¿de dónde saca su sabiduría? De la experiencia cotidiana, me habrán de decir. Ya lo dijimos en el artículo anterior, la educación llega de muchos lados, no sólo de la escuela, sino también de la familia, de la iglesia, de los medios masivas de comunicación, del barrio, de las amistades. Si no tienes muchas posibilidades de estudio, y aunque las tengas, la información será superficial y muchas veces errónea, (fake news) con el propósito de hacerte actuar de una manera conveniente a una casta política.

En el siglo XX se vivieron experiencias terribles en este sentido: Nazismo, stalinismo, maoísmo, castrismo. Para salir de esas situaciones es lo problemático. Al Pueblo le han quitado la manera de expresarse, prohibiéndole pensar. También se puede decir lo mismo de los gobiernos de ultraderecha, como el franquismo, o de los religiosos, como la inquisición, o algunos estados musulmanes; los que gobiernan se vuelven en los dueños de la verdad y si vas contra ellos, vas contra el pueblo, vas contra ti mismo y tu comunidad. Vuelves a la situación de la monarquía, no eres nación sino propiedad de un gobierno que se va a aprovechar de ti para explotarte. Eso fue lo que hizo Stalin con los rusos.

El pueblo decide a través de una información superficial. No profundiza, no mide la consecuencia de los actos, ni le interesa medirla. Su directriz es el aquí y el ahora. Se corrompe su voluntad por medio del supuesto regalo. Se le compra y mientras se le pague estará muy a gusto y cuando no se le pueda seguir dando, lo va a exigir y si no lo obtiene ya no tendrá los medios de oponerse y de cambiar de opción. Todo el poder lo pusimos en una sola mano, como en el caso de la monarquía, nos han convertido en mercancía humana, hasta podemos llegar a la esclavitud.

¿De dónde sale el dinero para repartir tanto? ¿A quién le interesa? Lo que importa es que te den. ¿Qué va a suplantar las instituciones que con tanto trabajo se construyeron en el siglo veinte? La dictadura de un partido. Ahora, con las últimas modificaciones a la constitución, todo el poder, todo el dinero, toda la fuerza, ha quedado en una oligarquía.

En Estados Unidos, si los demócratas fallan, te cambias a los republicanos y viceversa. Eso es lo que se ha puesto en juego en nuestro país. Antes el pri era la dictablanda¸ dentro del mismo partido se daba la lucha de fuerzas políticas. Cárdenas socialista; Alemán, capitalista. A final de cuentas, se pudo cambiar de opción al PAN, que no dio el ancho y a Morena que nos va a mantener, por un rato, en la incertidumbre.

La democracia no es la panacea; pero nos da un cierto ambiente de libertad. Las dictaduras son lo peligroso, no hay manera de oponérsele, si tienen todas las riendas del estado.

Nuestro país va en declive La inseguridad está a la orden del día, no se puede viajar por carretera, pones en riesgo tu vida. No se combate el crimen. El ejército es administrador y constructor. No existe la independencia de los tres poderes. Hacienda se va en contra de los comerciantes para sacarle todo lo que puede. El que reparte y comparte se ha de quedar con una parte. Cuando afirman que no son corruptos me parecen que están diciendo todo lo contrario. Mucho dinero se ha malgastado y no hay control sobre lo que se gasta. Pero el pueblo es sabio, así lo quiere, pues bueno.

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