Antes de la inauguración ya había filas y espectadores que se agolpaban en las afueras de la nueva tienda para poder comprar antes que nadie.
Por fin la cadena de club de precios Costco abrió su unidad en Torreón, Coahuila, el día de ayer contando con la presencia del gobernador del Estado, Manolo Jiménez Salinas y el presidente municipal, Román Alberto Cepeda González, además de funcionarios de la firma comercial de origen estadounidense. La inversión destinada para el sucursal número 41 del país fue de 62 millones de dólares y una generación de 320 empleos, más la derrama económica que genera la proveeduría
Que furor causó en cierto nivel de la ciudadanía lagunera el que Costco decidiese instalarse por estos lares. Esta tienda en particular, es un símbolo más del aspiracionismo (ese mismo que criticaba el expresidente Andrés Manuel López Obrador para referirse a cierto sector social que tiene anhelos de poder incrementar entre otras cosas, su poder consumo) y en cierta medida de un clasismo chabacano que consiste en presumir ciertos hábitos de compra y de gasto en general en determinados establecimientos, restaurantes o lugares para viajar, sólo por el hecho de darlos a conocer a terceros -para lo que la redes sociales son magnífica herramienta-.
Hay un par de ejemplos en el mismo Torreón de este estilo, como lo fue en su momento la inauguración del expendio de donas Krispy Kreme, donde hubo personas que pernoctaron para poder adquirir, tan pronto fue posible, los productos de esta cadena también de origen estadounidense. O de manera más focalizada lo que sucedió con el inicio de operaciones de una tienda más de Soriana, en el sector de Viñedos, justo en el crucero de El Campesino. La expectativa de aquella fue la que precisamente la cadena lagunera abrió un punto de operación en esa zona que se considera un puerto de entrada a un sector residencial de miles de viviendas de poder adquisitivo medio, medio-alto lo que generó esa expectativa de poder ir tan pronto fue posible a una tienda que se consideró de gama más alta que la regularmente ofrece el gigante comercial de origen orgullosamente comarcano.
Por supuesto que muchos factores fueron determinantes para que Costco al fin viniese a ofrecer sus mercancías y servicios a Torreón, como lo señaló el propio gobernador Jiménez al recordar que aspectos como la seguridad, la estabilidad laboral y el estado de derecho que prevalecen en Coahuila, han definido muchas inversiones como la del propio, que se decidió a construir en esta ciudad la tienda más grande de América Latina y que hoy abrió sus puertas para los laguneros. Recordó que en 2010 la empresa desistió en sus intenciones de construir una tienda en Torreón, porque en aquel tiempo las condiciones no eran las mejores en cuanto a seguridad se refiere. Fue entonces que optó por irse a Saltillo.
Se dio a conocer que se han expedido más de 17 mil membresías para poder tener derecho a comprar en este club de precios, y esperan poder llegar en dos años hasta 150 mil en Coahuila, considerando que ya desde hace años se cuenta con una de ellas en la capital del estado.
Es realmente motivo de celebración que en La Laguna y particularmente en Torreón se cuente con este servicio. Costco en verdad ofrece ciertos productos de valor que no son fáciles encontrarlos en otras partes. Una especie de lo que sucede en la venta al detalle que ofrecen cadenas como la texana de HEB, que si bien determinados productos que allí se ofertan son de calidad superior, también sus precios son más elevados, no así en el Costco, que aunque competitivos en el precio unitario, comprar allí es ocasiones menos oneroso por las presentaciones de los productos que suelen ser más grandes.
Enhorabuena entonces y bienvenido el servicio de Costco, que dentro de todas su bondades, permite ser un lugar donde observar aquellos que anhelan ser reconocidos como consumidores de ciertos hábitos, hasta eso da alegría el Costco, quien sabe si lo sepan ellos mismos.
