No pasó ni un mes y otra vez se registraron fallas en los elevadores de la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA) No. 53 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada sobre la calzada Jesús Agustín Castro y bulevar Miguel Alemán de Gómez Palacio.
Los constantes desperfectos se han vuelto un "dolor de cabeza" para el personal de salud que labora en esta unidad de salud y para los cientos de derechohabientes que diariamente acuden a consulta, sobre todo para aquellas personas que tienen alguna discapacidad o que son de la tercera edad y tienen problemas para subir y bajar por las escaleras.
Todos los días, hay pacientes sin cita que llegan a la Unifila o bien, que acuden a la coordinación médica por algún trámite, o consultorios donde se atienden especialidades como Inhaloterapia, Hemodiálisis y Quimioterapias.
Este lunes, en la consulta vespertina, se pudo observar a varios hombres, entre ellos un médico de la UMAA que ayudaron a bajar a una mujer en silla de ruedas.
A finales de julio se denunció lo mismo y la delegación del IMSS Durango aseguró que pese a la falla de los ascensores, ningún servicio de la unidad se había suspendido.
En esa ocasión, dieron a conocer que se había presentado una falla que había sido reportada al área de Conservación. Tras la valoración técnica, se determinó que se requería el cambio de una pieza, que ya se había solicitado y que estaba en proceso de recepción; días después se reanudó la operación de los elevadores.
Según versiones de algunos derechohabientes, desde el año pasado se han venido presentando descomposturas, por lo que hicieron un llamado al Seguro Social para que realice una reparación integral y ponga fin a esta problemática. Además, pidieron a la institución de salud que atienda la plaga de palomas que se registra desde hace tiempo en el interior de la UMAA. Esta casa editora tiene evidencia de las aves que se desplazan por algunos de los pasillos de la planta alta mientras algunos pacientes esperan su consulta.
La concentración de palomas representa ciertos riesgos a la salud pública, ya que pueden transportar enfermedades como criptococosis, psitacosis, histoplasmosis y salmonelosis, así como contaminar el ambiente y deteriorar la infraestructura.
Los constantes desperfectos se han vuelto un ‘dolor de cabeza’ para el personal de salud que labora en Clínica 53 del IMSS. (CORTESÍA)
