¿Por qué no se puede visitar la isla virgen de Surtsey?
En el planeta existen lugares que debido a sus condiciones sorprenden a más de uno, ya sea por los fenómenos que parecieran no tener explicación, o por la oportunidad de estudios científicos que se pueden realizar en ellos, como en el caso de esta isla de Islandia, que nadie puede visitar.
Un nacimiento volcánico
En el corazón del océano Atlántico Norte, a unos 32 kilómetros de la costa sur de Islandia, se encuentra una de las maravillas geológicas más fascinantes de nuestro planeta: la isla de Surtsey.
Surgida de las profundidades marinas como resultado de una violenta erupción volcánica en 1963, Surtsey se ha convertido en un laboratorio natural único para estudiar la colonización de una nueva tierra por parte de la vida.
Surtsey, cuyo nombre hace referencia a Surtr, un gigante de fuego de la mitología nórdica, emergió de las aguas del océano tras una erupción volcánica submarina que duró varios años.
La isla alcanzó su máxima extensión en 1967, con una superficie de 2,7 kilómetros cuadrados, aunque la erosión costera ha reducido gradualmente su tamaño.
Desde su formación, Surtsey ha sido objeto de intensas investigaciones científicas. Su aislamiento y la ausencia de intervención humana la convierten en un entorno ideal para estudiar los procesos de colonización biológica.
Un patrimonio de la humanidad
Debido a su valor científico y natural excepcional, Surtsey fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008. La isla es un testimonio único de los procesos geológicos y biológicos que dan forma a nuestro planeta.
Científicos de todo el mundo han viajado a la isla para observar cómo desde 1964, han llegado semillas transportadas por las corrientes marinas y la aparición de mohos, bacterias y hongos.
En 1965 brotó la primera planta vascular y diez años después se contabilizaban ya diez especies de vegetales de este tipo. En 2004 se catalogaron 60 plantas vasculares, 75 briofitas, 71 líquenes y 24 hongos.
Hasta la fecha se han contabilizado también 89 especies de pájaros, de las que 57 se reproducen en países distintos a Islandia. Las 141 hectáreas de la isla albergan, además, 335 especies de invertebrados.
Para proteger este frágil ecosistema, el acceso a Surtsey está estrictamente limitado. Solo científicos autorizados pueden visitar la isla, y se toman todas las precauciones para evitar cualquier tipo de contaminación o alteración del entorno natural.
Sin embargo, la erosión costera y los procesos geológicos naturales están causando que la isla se reduzca gradualmente de tamaño. Se estima que para 2,100 Surtsey podría desaparecer por completo bajo las aguas del Atlántico.
¿Ya habías escuchado hablar sobre la isla de Surtsey?