Que la paz sea con nosotros
Tras años de desasosiego y miedo ante el paisaje sangriento y desconsolador del país, hoy toca abrazar a nuestra Matria, limpiarle las heridas, procurarle la paz. Toca trascender lo que nos divide y revaluar aquello que nos une a pesar de las diferencias políticas, los prejuicios, el género, las diferentes creencias. Hoy, lo que toca es trascender la división y el odio provocado por el discurso venenoso que nos fracturó.
“El lenguaje es el arma que rompe o mantiene el vínculo de la sociedad”. Hoy toca trascender la vulgaridad y la ordinariez, los insultos y las amenazas con que nos han vapuleado, ninguneado, burlado, durante los últimos años. Toca recuperar nuestro estatus de ciudadanos, nunca más mascotas, ni corcholatas, nunca más chairos ni fifís, sino ciudadanos participativos, que en uso pleno de nuestro poder, nos comprometemos a fortalecer las instituciones que nos aseguran libertad y democracia; valores que por el bien de todos debemos preservar.
Hoy toca la paz, la reconciliación. Toca encontrarnos mexicanos, en el respeto y el compromiso con NOSOTROS, el único partido que no tiene pierde. El único que nos permitirá recobrar el rumbo y la dignidad. Hoy toca exigir respeto de nuestros servidores públicos, mandatarios que han ofrecido a servirnos y por hacerlo reciben un sueldo.
Es importante tener presente que los mandantes somos NOSOTROS. Hoy toca apoyar a la mandataria que habrá de limpiar la sangre, detener la violencia y recoger el mugrero que le dejaron, porque a eso se compromete al aceptar el puesto. Porque para eso a eso recorrió el país prometiendo rescatarnos del infortunio, de la ignorancia y la pobreza. Ahora nos toca exigir que cumpla sus promesas. Superado el espectáculo barriobajero de las campañas, los gritos patrioteros, la rabia de ver nuestro dinero —millonadas convertidas en basura publicitaria—, lo que toca es asumir la cruda realidad: no hay salvadores ni redentores, lo único que hay es una sociedad civil fuerte, unida y comprometida en rescatar a México.
Lo que hay somos NOSOTROS, el único partido confiable. Toca acudir a nuestra reserva moral, a las claras fortalezas de los ciudadanos que, con su trabajo y sus limpias decisiones, nos dan luz y sustento. Toca crear nuevos códigos de conducta, nuevos conceptos de ciudadanía. La sumisión y el silencio deben quedar para la historia. No más el horrible vicio de la indolencia. Hoy toca construir una paz que se funde en el reconocimiento de que la ley no es un cuento, y nadie, ¡nadie!, está por encima de la ley.
Hoy toca defender y fortalecer las instituciones que nos permiten pertrecharnos contra el ejercicio arbitrario de poder. Gobiernos van y vienen, pero NOSOTROS, nuestros hijos, nuestros nietos, sexenio tras sexenio, quedamos a recoger los tepalcates.
Esta vez, rompiendo la pesada loza del machismo, le daremos la oportunidad a una mujer que apoyada por NOSOTROS, con sensibilidad femenina y ese sexto sentido que se nos atribuye, deberá encontrar soluciones eficientes para encaminarnos al futuro de paz y progreso que todos queremos. Deberá tomar muy en serio la educación y la cultura para construir el México que por su buena gente, por sus abriles jacarandosos, por los vinos de Parras y la buena leche de La Laguna, por la bella Mérida, el laborioso Monterrey y los eficientes Acereros de Monclova, tiene el deber de ser un gran país.
Hoy, la Matria necesita nuestro amor, nuestra fe, el trabajo que le da sentido y dignidad a la vida, y la alegría de nuestras fiestas. Hoy, estamos obligados a conseguir que la justicia y la paz, se asienten entre NOSOTROS.