Aunque la espera terminó, el dolor sigue clavado en el pecho como el primer día para Juana Isabel Barraza Cardiel, quien después de más de 15 años de buscar de manera incansable a su "sopita de letras", como llamaba de cariño a su hija mayor Sandra Yadira Puente Barraza, hace dos semanas se le notificó que entre los miles de fragmentos que se han localizado en el ejido Patrocinio, municipio de San Pedro, Coahuila, uno de ellos dio positivo con su muestra de ADN.
Sandra, junto con su amiga Lilia y Juan, un taxista de Gómez Palacio, desaparecieron en Torreón, el 26 de noviembre de 2008 a las afueras de una tienda de pantalones cercana al Nudo Mixteco. Supuestos policías municipales los detuvieron para una revisión de "rutina" frente a los ojos de la madre de Lilia y de su hija de 2 años de edad. Desde entonces no se había tenido ningún avance de la investigación.
En entrevista desde su hogar, Juanita, como la llaman de cariño su compañeros de búsqueda y del mismo dolor, que forman parte de Grupo Vida, calificó como inhumano la forma en la que le quitaron la vida a su hija, por lo que ahora buscará justicia "con que uno caiga", dijo con rabia y dolor.
Y es que de acuerdo con la información que recibió de parte de las autoridades de la Fiscalía de Justicia del Estado de Coahuila, unos fragmentos óseos ubicados desde el 2016 en uno de los cuadrantes en el que fue dividido el ejido Patrocinio, fueron analizados por el Centro Regional de Identificación Humana (CRIH), y dieron positivo con las muestras de ADN tomadas de los dos hijos de Sandra y de la propia Juanita.
"Haga de cuenta que me aventaron un balde de agua helada, sentí horrible, abracé a Mario (su hijo mayor), me descontrolé", compartió Juanita, sobre el momento en que el agente del Ministerio Público le dio la noticia.
No estaba sola, la acompañaron Édgar y Óscar, hijos de Sandra, a quien dejó de dos y tres años, y que ahora son todos unos jóvenes de 17 y 18 años de edad.
PATROCINIO
Tras lo sucedido, buscadoras del grupo Vida regresaron al ejido Patrocinio, considerado por ellas como un sitio de exterminio, ante los miles de indicios que han localizado a lo largo de ocho años, y en donde lograron ubicar más restos, los cuales espera la madre de Sandra, sean de ella.
"Quiero ir al lugar, que me dejen sola, no sé qué quiero hacer, pero que me dejen sola ahí. Tengo que saber dónde quedaron los restos de mi hija, el lugar exacto… Yo les dije que buscaran más, si hay más, que me los entregaran", dijo entre lágrimas.
A Juana Isabel, el tener los restos de su hija en una urna, no le darán paz ni descanso, pues el dolor es ahora más grande, ante la incertidumbre de no saber qué sucedió ese día que salió de casa y nunca regresó.
"Nunca nos va a dar paz. Este dolor lo trae uno desde el día de la desaparición, desde el primer día, y creo que ahora se clava mucho más fuerte, duele todo, esto es inhumano... todo lo que hicieron. Aquí no termina todo, ahora vamos por los responsables y justicia por Sandra".
APOYO
De Lilia y el chofer del taxi, quien era de su entera confianza, tampoco se han tenido pistas.
Luego de que se diera a conocer la noticia entre sus vecinos y conocidos, Juanita comentó que se han acercado personas con familiares desaparecidos para preguntarle sobre qué hacer, a lo que ellas les ha recomendado realizar la toma de muestra de ADN, aunque no cuenten con una denuncia.
"Aquí hay muchos familiares que tienen personas desaparecidas y han preguntado cómo le hacemos. Aunque no tengan denuncia, que se hagan la prueba de ADN, solo porque hay muchos restos", dijo Juanita, quien nunca participó en los operativos que aún realiza grupo Vida en el ejido Patrocinio, y en los que ahora pretende sumarse.
Dejará de participar en otras labores de búsqueda en campo, pero seguirá presente en las plenarias, tanto en las que se realizan en el estado de Coahuila como en Durango, en busca de que su caso avance.
A estas labores, podrían sumarse Édgar y Óscar, hijos de Sandra, quien ese 26 de noviembre se despidió de ellos mientras dormían.
'Nunca tendremos paz', dijo Juana Isabel tras recibir en una urna los restos de su hija, localizados en el ejido Patrocinio, sitio en donde se han ubicado miles de fragmentos óseos desde hace 8 años.