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Dinosaurios

Custodios del patrimonio paleontológico de Coahuila

Hace millones de años, los dinosaurios caminaban como dioses primigenios, hoy sólo viven en silencio en los museos.

Hace millones de años, los dinosaurios caminaban como dioses primigenios, hoy sólo viven en silencio en los museos.

DANIELA CERVANTES

En las entrañas de Coahuila reposa el latido antiguo de un mundo que ya no es. Entre sus sierras y valles, donde ahora el viento barre el polvo del tiempo, existió alguna vez un océano y criaturas majestuosas, cuyas huellas, ahora fósiles, son los últimos susurros de los gigantes que en un remoto pasado dominaron este vasto edén olvidado.

Es así que hoy, la tierra árida que cubre a Coahuila oculta secretos de un mar que ya no existe. Hace millones de años cuando palpitaba el Cretácico, los dinosaurios caminaban como dioses primigenios, hoy, sólo viven en silencio convertidos en fósiles. Sin embargo, su andar majestuoso sigue vibrando en los huesos que aún yacen en el vientre del estado.

Por ello, Coahuila es conocido como “tierra de dinosaurios”, una zona cuyos vestigios hablan de una época que no está muerta, sino que sólo duerme en la profundidad del tiempo esperando a ser descubierta.

Y justo, recientemente se dieron a conocer dos nuevos hallazgos, el primero, una especie de dinosaurio mexicano llamado Coahuilasaurus Lipani, que se informó, vivió en Coahuila hace 72 millones de años. Asimismo, hace unos días, científicos del Museo del Desierto (MUDE) presentaron el Labocania aguillonae, una especie de tiranosaurio del final del periodo Cretácico, período geológico que duró aproximadamente 79 millones de años, iniciando hace 145 y terminando hace 66 millones de años.

Por lo anterior, Coahuila representa la imagen de un libro paleontológico abierto dispuesto a ser leído, porque los dinosaurios, según revelan estos y otros descubrimientos, aún caminan en la memoria de la tierra.

Pero ¿Quién resguarda esos vestigios? ¿Existe un registro oficial sobre el patrimonio paleontológico del estado? ¿Qué dependencia se encarga de vigilar que las piezas paleontológicas no sean mal utilizadas, dañadas, o vendidas? Luego de ser descubiertos ¿quién custodia estos fósiles cuyo valor recae en la revelación que nos ofrecen de un mundo pasado?

Las anteriores fueron preguntas que se hizo este diario y a cuyas respuestas llegó a través de entrevistas con representantes del Centro INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) Coahuila, con directores de museos y así también con autoridades encargadas del registro de colecciones y del catálogo de localidades paleontológicas.

José Francisco Aguilar Moreno, delegado del Centro INAH Coahuila.

José Francisco Aguilar Moreno, delegado del Centro INAH Coahuila.

RADAR PALEONTOLÓGICO

José Francisco Aguilar Moreno, delegado del Centro INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) Coahuila, informó para este reportaje, que desde mayo de 1972 está vigente la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Histórico, la cual establece las normas y directrices para la protección de los monumentos y zonas que poseen un valor arqueológico, artístico o histórico, garantizando su conservación y promoviendo su uso adecuado sin que se ponga en riesgo su integridad.

Es hasta el 13 de enero de 1986 que se adiciona a esa ley el Artículo 28 bis. que determina que las disposiciones sobre monumentos y zonas arqueológicas se apliquen también a los restos fósiles de seres orgánicos que habitaron el territorio nacional en el pasado.

En un boletín de la Sociedad Geológica Mexicana se explica que para dar cumplimiento a este agregado se tuvo que reformar la Ley Orgánica del INAH, con lo cual el instituto se convirtió en el encargado de proteger, conservar, restaurar, recuperar, promover y difundir el patrimonio paleontológico.

“Como parte de esta designación y de acuerdo con el artículo 17 del Reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, y considerando que los fósiles y las colecciones de fósiles son bienes nacionales, una de las tareas del INAH es llevar a cabo el registro de los bienes muebles paleontológicos que estén en custodia de particulares e instituciones”, se lee en el texto.

Alejandro Bautista Valdespino, subdirector de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles del INAH, informó que Coahuila cuenta con un registro de bienes paleontológicos o colecciones de bienes en manos de particulares, de museos, así como también del mismo instituto.

“Una buena parte de estos bienes paleontológicos de Coahuila están en museos, por ejemplo en el Museo Paleontológico de La Laguna, en el Museo Arocena, en el Museo de Múzquiz, principalmente. También hay algunas personas físicas que dentro de sus acervos o colecciones resguardan piezas que están registradas ante el INAH. Pero esencialmente los bienes paleontológicos del estado están dentro de museos, por ejemplo en el Museo Municipal de Ocampo, en el Museo Regional de La Laguna, o en el Museo del Desierto”.

Felisa Josefina Aguilar Arrellano, investigadora del centro INAH Coahuila.
Felisa Josefina Aguilar Arrellano, investigadora del centro INAH Coahuila.

En ese sentido, Felisa Josefina Aguilar Arrellano, investigadora del centro INAH Coahuila, indicó que los custodios del patrimonio paleontológico pueden ser, entonces, tanto personas físicas como morales.

“En el caso de las personas morales pueden ser instituciones educativas, científicas, museos comunitarios, museos municipales o estatales, instituciones científicas, entre otras”.

Y en las físicas, queda entendido, puede ser cualquier ciudadano, que por ejemplo, explicó por su parte Francisco Aguilar, por herencia o porque se la encontró, sea poseedor de alguna pieza paleontológica.

“Digo esto porque no es común ir a buscar piezas, porque además eso se considera saqueo. Pero vamos a pensar que llegas a una casa en la que encuentras algunas piezas, entonces, esas piezas la puedes registrar bajo tu resguardo, nunca van a ser tuyas porque son propiedad de la nación, pero las puedes tener bajo tu resguardo”, detalló.

Salir a buscar piezas se considera saqueo, porque, argumentó el delegado, desde hace cuatro años el realizar actividades de exploración, así como el recuperar material paleontológico, requiere de un permiso especial.

Felisa Aguilar mencionó que desde febrero del 2021 toda persona, aún forme parte del INAH, que quiera realizar actividades de exploración o de recuperación de material paleontológico requiere de una autorización.

“Tienen que solicitar el permiso correspondiente ante el instituto a través de los Lineamientos para la investigación de vestigios o restos fósiles de interés paleontológico en México, esto para saber exactamente quiénes están haciendo investigación, donde se está haciendo, de qué tipo y lo más importante, como bien lo comentas, en dónde se está resguardando este material”.

Los lineamientos, cabe mencionar, fueron propuestos por el Consejo de Paleontología del INAH con la intención de aplicar el marco legal vigente para la investigación, conservación, protección y difusión del patrimonio paleontológico en México, quedando así establecido en el artículo 7 fracción VII de la Ley Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

LA IMPORTANCIA DEL REGISTRO

Alejandro Bautista, subdirector de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles del INAH ofreció el dato de que a la fecha los fósiles registrados en manos de particulares en Coahuila suman: 1260.

“De ellos, 326 se encuentran en resguardo de personas físicas y 934 en resguardo de personas morales”.

La información que requiere la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos para inscribir un bien paleontológico, se indicó, es: la naturaleza del monumento, el nombre con el que se le conozca; la descripción del mueble (ejemplar) y el lugar donde se encuentre, el nombre y domicilio de quien lo detente.

Después de otorgar esos datos, explicó Felisa Aguilar, la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos emite al interesado un documento de concesión de uso, el cual describió como un permiso oficial que otorga el derecho a una persona, empresa o institución para utilizar de manera legal un bien o un espacio considerado como monumento o zona arqueológica, histórica o paleontológica protegida.

Pero…aunque es de suma importancia, comentó la investigadora del INAH, existen personas que prefiere no registrar porque piensan que el instituto les va a quitar la pieza, o porque creen que el hacerlo les va a generar un costo.

Sin embargo, hasta aquí sabemos que desde hace 30 años existe un marco legal que permite a terceros la custodia de piezas paleontológicas en México, sin que eso genere algún tipo de problema. 

Además, la investigadora informó que registrar una pieza “es completamente gratuito. Lo único que tiene un costo es una cédula que nosotros hacemos, es como un acta de nacimiento donde viene la foto y todas las características que describen a los fósiles, esa sí tiene un costo, siempre y cuando sea solicitada por la persona que quiera tener un respaldo dentro de su expediente, ese costo lo establece hacienda a través de la Ley General de Derechos, pero si mal no recuerdo la cédula cuesta 20 pesos”.

Para ella, registrar los fósiles es de suma importancia porque, “a veces se nos olvida que somos parte de un país, somos habitantes, somos ciudadanos, y ciudadanas, en donde tenemos responsabilidades, en este caso, estas evidencias nos permiten a nosotros (los investigadores) conocer el pasado del estado de Coahuila, y que mejor el que pudieran apoyarnos haciendo el registro para nosotros poder ubicar esas piezas”.

CATÁLOGO DE LOCALIDADES PALEONTOLÓGICAS

Además de contar con el registro de los fósiles, también es importante, se informó, conocer detalles de los lugares donde son encontrados. Al respecto, charló con este diario, el biólogo Ulises Cano, quien actualmente apoya en la realización de un catálogo de localidades paleontológicas de cada estado. 

“El cual es muy importante precisamente para ubicar cuáles son los puntos dónde podemos encontrar fósiles a nivel nacional. Básicamente la información que nosotros tenemos en el sistema es: ubicación, nombre de la localidad, datos de coordenadas, también se solicita que nos digan, qué encontraron, qué tipo de materiales, si son vertebrados, invertebrados, plantas, etcétera; cuántos, las dimensiones de la localidad y la temporalidad, entre otros datos, como, por ejemplo, si es una meseta o si es una llanura. También solicitamos fotografías de la localidad”.

Como dato contextual: a partir del año 2019, se formalizó el uso de la cédula para identificar y catalogar localidades paleontológicas. Es así que el compromiso de los vocales y evaluadores externos del Consejo de Paleontología es verificar y validar la información en materia paleontológica comprendida en la cédula. Posteriormente se turna a la Subdirección de Registro de Monumentos Arqueológicos Inmuebles, para su revisión en términos registrales y su posterior asignación del Folio Real.

Específicamente en Coahuila, informó Ulises Cano, tienen registradas nueve localidades paleontológicas, sin embargo, mencionó, eso no quiere decir que sean las únicas.

“Las localidades que te podemos decir que se han registrado no quiere decir que sean todas las que hay en el estado, porque nosotros dependemos de que los investigadores llenen la cédula y no la envíen”.

Para él es importante alimentar este catálogo porque, dijo, se trata de zonas que podrían ser de interés para los investigadores, así como, asimismo, debido al valor jurídico que se desprende de este registro, indicó, se podría brindar protección a la localidad donde se ubicó el vestigio.

Otro beneficio es, por ejemplo, que muchos de estos catálogos pueden ser consultados por paleontólogos y especialistas para seguir explorando el pasado de nuestro planeta.

¿Qué museos custodian fósiles en Coahuila?

Cómo bien lo mencionara el arqueólogo mexicano Alejandro Bautista, en Coahuila son más museos que personas físicas los que fungen como custodios del patrimonio paleontológico. Por ejemplo el Museo de Historia Atlahuaco, el Museo Paleontológico de La Laguna y el Museo de Paleontología de Múzquiz, recintos, cuyos directores charlaron con este diario.

Museo de Historia Atlahuaco

Maria Antonieta Oyervides Valdes, directora del Museo de Historia Atlahuaco, informó que el recinto privado se fundó el 23 de marzo del 2003 gracias al respaldo de su dueño Jorge Luis Esquivel Pérez.

En su haber, informó, cuentan con piezas arqueológicas, de arte sacro, arte esotérico, arqueología urbana. En lo que respecta a la paleontología, mencionó, cuentan con cerca de 40 piezas. “Tenemos los fémur de un dinosaurio y tenemos un molar de un bebé mamut. Esos hallazgos ya tienen como 20 años”. 

Además, su colección paleontológica incluye coprolitos, amonites, semillas, frutos, huesos de diferentes partes del cuerpo de dinosaurios, troncos de  árboles y palmas Oyervides Valdes expresó que son custodios desde hace 18 años. “El cargo que tenemos nosotros es ser custodios honoríficos del INAH. El museo está registrado ante el INAH y por ley se deben de registrar todas las piezas que son históricas, paleontológicas, y arqueológicas porque son parte de la nación, por ejemplo, nosotros como museo no podemos vender, ni un pedacito de una piedra porque es un delito federal, por eso están registradas”.

La directora señaló que si el museo en algún momento fuera saqueado de alguna pieza que ya esté registrada, lo que seguiría sería reportarlo ante el INAH, para que ellos informen sobre el despojo y así, dijo, se activen los protocolos internacionales para su localización.

Sobre el valor paleontológico que tiene Coahuila, María Antonieta Oyervides concluyó que sólo en General de Cepeda, municipio donde se localiza el Museo de Historia Atlahuaco, por ejemplo, se han encontrado partes de siete dinosaurios diferentes.

Museo Paleontológico de La Laguna

Jesús Barragán Quiroz y Gustavo Quiroz, fundaron desde 1996 el recinto ubicado en pleno centro de la ciudad de Torreón, donde se exhiben moluscos, artrópodos, equinodermos y cordados.

El museo posee una vasta y variada colección de piezas de fósiles marinos entre los que se incluyen amonites, almejas, ostras, dientes de tiburón, dientes petrificados, belemnites, baculites y trilobites.

De las regiones desérticas de México, los hermanos apasionados del pasado, han recolectado especímenes de fósiles de animales, huesos de dinosaurio y mamut, caparazones de tortuga, vegetales petrificados de maderas y frutos.

Barragán Quiroz informó para este reportaje que tienen unas 600 piezas registradas ante el INAH, acción que los convierte en custodios del patrimonio paleontológico de Coahuila, aunque también, mencionó, cuentan con piezas antropológicas.

Museo de Paleontología de Múzquiz

Exhibe piezas de la era Mesozoica del período Cretácico; con fósiles de Mosasauros, el cuerno de un certóspido, amonites, entre otros; también resalta una escultura de un paleontólogo encontrando un fósil, un mural con una línea del tiempo desde el Big Bang y un laboratorio para investigaciones.

El investigador y paleontólogo Héctor Porras, quien dirige este recinto, informó que se inauguró en diciembre del 2013, y que la colección que custodia cuenta con un registro ante el INAH y está protegida por las leyes mexicanas.

“Todo el material fósil exhibido en este museo es original, está preparado con técnicas que permiten su preservación y estas piezas han sido publicadas en revistas científicas, incluyendo: primeros registros para México, nuevas especies, nuevos géneros, y nuevas familias de fósiles desconocidas para la ciencia”.

Asimismo, indicó, el Museo de Paleontología de Múzquiz resguarda una colección científica de fósiles de clase mundial. Un esfuerzo que, mencionó, han ejecutado sin recibir apoyo económico ni de la federación, ni del estado, ni tampoco del municipio.

“Además de ser un museo gratuito donde chicos y grandes pueden aprender sobre el pasado lejano de esta región, aquí se llevan a cabo investigaciones por paleontólogos nacionales y extranjeros que trabajan para descubrir nuevas especies. Este museo custodia y protege evidencia de una parte importante de la vida de nuestro planeta”, concluyó.

Hasta aquí podemos escribir que: los custodios del patrimonio paleontológico de Coahuila no solo protegen rocas o huesos, más bien son los guardianes de la memoria terrestre, los narradores de un relato que, sin ellos, se perdería en las arenas del tiempo. 

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