En un conversatorio sobre Nazas Vivo se aseveró que en la Región hay la suficiente agua para rescatar un caudal ecológico para el Río Urbano sin que esto signifique competir con otras actividades demandantes y de importancia como la agricultura y la disponibilidad de agua potable. Somos una región privilegiada comentaron, que cuenta con dos ríos que escurren una gran cuenca.
Luego vinieron las preguntas, una de ellas vino de una joven que se encontraba en la concurrencia, dijo: ustedes dicen que hay mucha agua, pero en las casas no hay una gota, ¿cómo es eso?
La respuesta vino desde el panel: hay mucha agua, pero muy mal gestionada y esto ha provocado escasez del vital líquido. Y sí, efectivamente el modelo de gestión actual del agua ya es incapaz de resolver problemas, de hecho, los genera, la sobreexplotación de acuíferos y su contaminación con arsénico y flúor, es un ejemplo, que todos conocemos y al que nos hemos adaptado convirtiéndonos en "botellomanos".
Se trata de un modelo de gestión desgastado, en crisis, y, cuando esto ocurre, emerge un nuevo paradigma, esto es, un nuevo modelo de gestión basado en un nuevo enfoque científico: Los sistemas gravitacionales de flujo de agua subterránea.
La ventana de oportunidad para estas transformaciones, la abrió la sentencia 543, cuyo cumplimiento se puede sintetizar en los siguientes impactos favorables:
1.- detener los abatimientos del nivel de agua subterránea, y
2.-revertir todos los impactos negativos ocasionados por el modelo actual de gestión del agua, desgastado y en crisis.
Dicho de otro modo, a partir de la aplicación de los sistemas gravitacionales de flujo pasar del actual estado de deterioro y degradación del acuífero a un estado sano y recuperado del acuífero. En términos ecológicos podríamos decir llevar el acuífero a algún estado que tenía en algún momento de su historia natural. En palabras llanas, un acuífero recuperado con abundante agua de buena calidad.
Es importante precisar aquí que el agua con la que se volverá a llenar el acuífero tendrá dos orígenes diferentes: Los volúmenes provenientes de ajustar las extracciones de agua a la recarga natural y de la liberación del agua por el cauce del río ahora desertificado.
Desde luego, los beneficios de contar nuevamente con un acuífero recuperado, incluye el suministro de agua potable y mantener el equilibrio de los ecosistemas.
La presencia de agua subterránea condiciona enormemente a la biodiversidad y producción de los ecosistemas.
Se Impactará también favorablemente el ciclo hidrológico, ya que los acuíferos ayudan a regular el ciclo del agua, alimentando ríos y humedales. Además, una vez que hemos conocido que el cambio climático se presentará en forma pendular con extremos de sequías y lluvias abundantes, un acuífero sano actuará como un amortiguador natural almacenando agua durante los periodos de abundancia y liberándola durante las sequías. Esto significa mayor resiliencia
Finalmente es importante precisar que el acuífero seguirá siendo soporte fundamental de la agricultura regional y de otras actividades económicas no menos importantes.
A los que confunden el tiempo con el reloj es importante comentarles que la transición aquí expuesta llevará mucho tiempo, por eso, es importante que como ciudadanos interesados le demos seguimiento a la sentencia #543. #NazasVivo.