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ENCUENTRO EN HONOR A MAGDA BRIONES

ADRIANA VARGAS

Magdalena Briones Navarro tuvo un espíritu incansable. En sus inicios en la danza española, ella fue autodidacta, viajó para prepararse en España, realizó giras por varias ciudades de la república y después se dedicó a estudiar sociología, a escribir, a ser maestra y activista ambiental.

Del 27 al 29 de noviembre, en Torreón, se realizará el segundo ciclo del encuentro biocultural en su nombre, organizado por profesionistas y sociedad civil interesada en el medio ambiente, la participación ciudadana y la cultura.

Las primeras actividades se realizaron en octubre con conversatorios y charlas sobre el cuidado del agua y una visita al Cañón de Fernández. Este jueves 27 se retoma el encuentro con una entrega de preseas y la presentación de un performance inspirado en la vida y obra de Magda, a las 19:30 horas en el Teatro Garibay.

Es importante honrar el legado de esta lagunera que nunca desistió en defender los ideales en los que creía: la preservación del medio ambiente y la justicia social. Pero además, su trayectoria artística ha sido inspiradora para varias generaciones, compartió su camino por la danza con Pilar Rioja, escribió obras de teatro y en sus últimos años de vida también se dedicó a pintar.

Tuve la oportunidad de entrevistar a Magda Briones en el 2013, para la publicación de un libro de bolsillo titulado “Magda Briones: por amor a la danza y a la tierra” dentro de la Colección “Trayectorias” de la Dirección Municipal de Cultura.

Durante varias sesiones ella me recibió en su casa, un hogar lleno de vegetación, obras pictóricas y cuadros en proceso, una inmensa biblioteca y un cúmulo de recuerdos de sus primeros pasos en la danza, un arte que nunca dejó de atesorar.

En uno de esas tardes recordó “¿y la danza?... es lo que mejor me ha salido”.

En esas entrevistas me platicó que a ella le tocó vivir en una época en la que no era bien visto que las jóvenes migraran de la ciudad a estudiar una carrera profesional. Aún así nunca dejó de prepararse y de transmitir sus ideas a los demás, ya sea en la universidad o en sus columnas en la prensa local.

Magda Briones nació en septiembre de 1926 en la ciudad de Durango, pero a partir de los dos años radicó en Torreón. Desde adolescente comenzó a bailar algunas danzas españolas en las fiestas de Covadonga en La Laguna. Fue la creadora de sus propias coreografías y autodidacta hasta que, a los 24 años viajó a España a estudiar formalmente.

Formó una academia y un ballet que recorrió varias ciudades con enorme éxito, incluyendo la Ciudad de México. Alrededor de los 32 años se retiró.

Empezó a estudiar sociología en la UNAM.

La vida de Magda nos pone a reflexionar en la situación de las mujeres artistas e intelectuales de esa época, como Enriqueta Ochoa, que tuvo que emigrar para dedicarse a escribir y fuera de aquí empezó a ser reconocida.

Desafiar los convencionalismos de la época no debió de ser fácil. Por eso es necesario rendir más homenajes a Magda Briones, recordar el eco de sus bailes en la Covadonga y su incansable afán por defender nuestra biodiversidad.

X @Lavargasadri

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