Agradece por la salud de su nieto a la Virgen de Guadalupe con la tradicional reliquia

Como desde hace 24 años, doña María de los Ángeles Páez de la Cruz agradeció a la Virgen de Guadalupe en su día, los favores recibidos por su intercesión entregando la tradicional reliquia lagunera a la que acudieron familiares, amigos, conocidos y desconocidos, y la cual espera realizar hasta que se pueda.

Desde un día antes, la familia Páez se prepara para cocinar los 52 kilos de carne de puerco y hacerla en asado rojo, así como los más de 100 kilos de pasta en sus diferentes presentaciones desde fideo, coditos, estrellitas y más, para poder ofrecerla el mero día 12, Día de la Virgen de Guadalupe.

Doña María de los Ángeles, compartió que es una devoción que su suegra le dejó hace más de 20 años, y que con gusto y respeto ha mantenido pues también tiene mucho que agradecer a la Virgen de Guadalupe.

“Es una devoción de mi suegra que falleció y que nos quedamos hace 24 años”, dijo visiblemente conmovida al recordar. Y es que “han sido muchos favores” los recibidos, dijo.

Uno de los más grandes, fue en su nieto. Y es que preocupados porque no decía ninguna palabra y ya tenía tres años, por lo que le pidió a la Virgen su intercesión, y así fue.

Además de ofrecer su reliquia, también suben al templo de Guadalupe en Lerdo ubicado en el “Cerrito de la colonia San Isidro también a dar gracias, pues además de hablar y de valerse por sí solo debido a que cuenta con una ligera discapacidad motriz.

De eso, recordó fue hace más de 14 años, por lo que desde entonces y hasta la fecha no han dejado de dar gracias, entregando un platillo a cada persona que acude ya sea con o sin su vianda.

Y es que también compartió que hace dos años, su nieto contrajo el virus del dengue, poniendo en riesgo su vida, debido a las complicaciones.

“Se le pusieron sus pies color guinda y pensamos que se iba a morir y no, le pedimos a ella con todo nuestro corazón y se le quitó”, compartió.

Ahora, su nieto es parte del grupo de familiares que le ayudan a entregar los alimentos entre las decenas de asistentes que se dan cita en su casa en la colonia Rincón Las Huertas.

Aunque en estos más de 20 años en los que ha ofrecido su reliquia se las han visto difícil en más de una ocasión, nunca han suspendido su reliquia.

“Ella nos ayuda el doble. De hecho este año me preguntó mi esposo ‘vamos hacer reliquia’ y le dije sí. Sí vamos hacer porque ella nos va ayudar y nos va a salir todo bien”.

Y así fue, la decena de personas esperando en una larga fila para recibir un plato de la tradicional reliquia lagunera.

Chicos y grandes se fueron acercando, algunos con un solo plato en mano y otros con grandes refractarios para llevar a casa este manjar, y otros recibieron viadas desechables para que nadie se quedara con el antojo de probar.