Después del sábado anterior y de volar como un pajarillo de rama en rama, de poste a poste, Carlos Acevedo (29) se muestra como un farol para todas las ilusiones del pueblo verdiblanco, para hoy, para mañana. Es una luz de futbol para los temas oscuros.
Porque la gente quiere verlo en el equipo de Aguirre como fijo, por más que vivamos en una región donde nunca pasa nada dichoso desde hace tiempo, donde su equipo ha sido violentado en la cancha y fuera de ella.
Si lo consigue no sólo será un premio a su esfuerzo y renacimiento, sino un tema para el casi ahogado que nunca se rindió y llegó a la orilla, porque en este futbol de ironía, a veces burlesco y de amplia tensión narrativa, los fans lo utilizan hasta como un mecanismo de autodefensa de su deseo de verlo en el arco del Mundial. Es claro, si fuéramos normales, ¿cómo seríamos todos? Su técnico dice que Santos está en un “proceso” y hace que la gente guarde espacio para mejores días futuros. Y es cierto, aunque digan que los hijos del desierto y del sol, como nosotros, somos fans de identidad criticada y hasta ridiculizada, no dejamos de ser labradores en las sombras de la condición humana. El feliz pasado nunca se va y aparece siempre en cada recuerdo.
Porque el juego de futbol siempre será un espacio con depresiones, con tensa pluralidad, con opiniones cruzadas y enfrentadas, como un romance tórrido pero venenoso. Vimos recién como los chicos argentinos exhibieron virtudes y miserias tradicionales en el Sub 20 de Chile y Marruecos, desdeñado, terminó con ese idealismo que condujo a la derrota y a la melancolía. Un grupo que sufrió racismo pero que terminó emulando a Aquiles liquidando a Héctor en Troya.
Además, no hay semana sin nuevas sorpresas, no siempre gratas. El auxiliar del DT Domenec Torrent en Rayados, Jordi Guerrrero, expulsado su jefe fue a la rueda de prensa después del 1-1 con Pumas y dejó claro que el problema de la formación del Monterrey fueron los mexicanos, que para él no tienen el nivel apetecido, asunto que no puede pasar inadvertido, porque revela todo el pensamiento de estos señores españoles. ¿Lo merecen los regios por salvar a los murciélagos?. Se puede tolerar y entender la ansiedad pero así, todo se convierte en un circo de tres pistas.
La brújula del futbol que parecemos llevar incrustada en el cerebro, nos comenta que somos corazones abiertos que entramos por la puerta infinita de las ilusiones. Y es bien cierto, a veces tenemos sueños que nos hacen volar, pero uno concluye en que falta mayor apego en todos los ambientes en la responsabilidad de hacer su labor lo mejor posible.
Así como se critica a jugadores y árbitros, a dirigentes y entrenadores, los medios deberían aceptar lograr un mejor nivel profesional para Informar sin especular. De poseer una más amplia cultura deportiva y general. De ocupar plumas y micrófonos sin dislates, sin gritos destemplados, sin pleitos ni favoritismos.
Penetrar en todos esos traumas es como descubrir territorios que minan la esencia del futbol.
Porque a veces ésto le roba protagonismo al juego, porque se hace una cotidendidad que roza la rutina. Esto nos invita a todos a trabajar y reflexionar en las heridas emocionales.