Aplican medicamentos de emergencia a 84 víctimas de violación sexual en Coahuila; 21 son de La Laguna
De enero a septiembre de 2025, el sector salud de Coahuila atendió 84 casos en los que se aplicaron medicamentos de emergencia para víctimas de violación sexual.
En estos casos, la atención oportuna y de calidad, tiene un impacto positivo y significativo en la atención de las consecuencias y en la prevención de complicaciones, que afectan la calidad de vida, al perpetuar los daños emocionales, biológicos y sociales, entre los que se encuentran el embarazo forzado y las infecciones de transmisión sexual.
Según el Banco Estatal de Datos sobre Violencia contra las Mujeres y Niñas del Estado, la región Sureste concentró 56 casos, de los cuales, 52 se reportaron en la ciudad de Saltillo y 4 en Parras de la Fuente. Mientras que en La Laguna, fueron 21 atenciones, entre ellas, 19 brindadas en el municipio de Torreón y 2 en San Pedro de las Colonias. En la región Norte, se atendieron 7 casos en Acuña.
En el mismo periodo pero de 2024, el sector salud documentó 75 casos en Coahuila, lo que significa un incremento de 9 casos. Del total, 43 atenciones se brindaron en la región Sureste, de las cuales, 37 fueron de Saltillo y 6 de Parras de la Fuente. En la región Lagunera, hubo 27 casos, entre ellos, 24 de Torreón, 2 de San Pedro y 1 de Matamoros. En la región Norte, se contabilizaron 5 casos en Acuña. De enero a diciembre del año pasado, el registro fue de 86 casos. La región Sureste cerró con las 43 atenciones mencionadas, La Laguna con 38 y la Norte con 5.
La violación sexual es considerada como uno de los mayores daños que puede sufrir una persona; tiene consecuencias inmediatas, mediatas y a largo plazo. Las personas son sometidas por la fuerza, por chantaje u otro tipo de presión emocional para realizar actividad sexual en contra de su voluntad; este hecho atenta contra la libertad y la dignidad personales, genera trastornos en la integridad de la persona violada y en su entorno. La persona sufre la pérdida de su autonomía, confianza, seguridad, control y autoestima, según explica la Secretaría de Salud federal.
Los casos de violación constituyen urgencias médicas cuando está en peligro la vida, un órgano o una función y se requiera atención inmediata. Se debe considerar que existe la posibilidad de lesiones externas e internas, riesgo de Infecciones de Transmisión Sexual, virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y daño emocional.
En el Protocolo de Atención de salud dirigida a las mujeres que son sobrevivientes de violencia de pareja o la violencia sexual, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cada hora cuenta después de una violación para prevenir muchas consecuencias en la salud física y mental que pueden durar el resto de la vida. Señalan que, en las primeras 72 horas después de la violación, se consideran medicamentos para la profilaxis postexposición (PEP) para prevenir la infección por el VIH. Mientras que en las primeras 120 horas, se deben tomar las píldoras para la anticoncepción de emergencia para prevenir un embarazo. Tan pronto como sea posible, se debe acudir a un examen físico para identificar y tratar las lesiones.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en noviembre de este año, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Salud, dio a conocer la publicación de los Criterios para la Atención Integral del Abuso y Violación Sexual, un documento que establece lineamientos claros para garantizar una atención respetuosa, oportuna, sensible y sin revictimización.
David Kershenobich, titular de Salud federal, subrayó que “denunciar no es una obligación, sino un derecho”, y enfatizó que las mujeres no requieren presentar denuncia para recibir atención médica. Además, aclaró que el personal de salud no está obligado a verificar el dicho de la persona solicitante, y que los trámites administrativos no deben retrasar la atención.
Añadió que el Sector Salud garantiza la disponibilidad nacional y el abasto suficiente de los medicamentos necesarios para la PEP para VIH, herramienta esencial para la protección inmediata de las víctimas. Señaló que, además del abasto asegurado, se continúa trabajando con las entidades federativas para mejorar su implementación y uso oportuno en todas las unidades de salud.