Arely Oliva invita a perder los miedos con Billy, el monstruo comecalcetines
Es docente y madre de tres hijos. Combina esas dos partes de su personalidad para que dentro de ella surja ese interés de acercar a los niños a la lectura. Le parece que los libros son tesoros muy valiosos y que siempre dejan una bella enseñanza. Arely Oliva tiene el ímpetu de mejorar al mundo a través de la educación, además de poseer una imaginación prodigiosa que muestra en su más reciente libro ‘Billy, el monstruo comecalcetines’ (Alfaguara, 2025).
“Hay muchos tipos de libros. Para los pequeñitos hay incluso estos que pueden empezar a tocar y a morder, con textura y todo esto; es una manera de acercarlos y de que entiendan que en ellos siempre van a encontrar un refugio, que pueden desarrollar toda su imaginación. Aparte de todo, se crean fuentes de confianza y amor entre padres e hijos a través de la lectura”.
Para Arely Oliva, “no es el libro, sino quien lo lee”; es decir, el hecho de que un padre de familia le lea a un hijo, simboliza la lectura. Los libros se convierten en un espacio para compartir un momento agradable e inolvidable entre padres e hijos. Precisamente eso es lo que experimenta el protagonista de su libro, un pequeño que en su cuarto cumpleaños pide perder el miedo a la oscuridad y es en esa transición cuando un nuevo amigo, un monstruo que come calcetines, aparece en su vida.
“Cada uno de los libros que he hecho contacta con esa Arely pequeña, a la que le hubiera gustado que le enseñaran a vivir los miedos o enfrentarlos de una manera distinta a la que los vivió”.
UNA HISTORIA CON VALORES
Tomar el miedo de la mano, caminar con él y enfrentarlo juntos, es el mensaje que el protagonista Leo brinda al lector a través de Billy, el monstruo comecalcetines. El texto propuesto invita al pequeño lector a ser valiente sin sacrificar el potencial de su imaginación.
“Billy se apareció en mi edad adulta, y se apareció justo para ayudar a mis hijos a enfrentar el miedo a la oscuridad. Tiene que ver también con que de pequeña yo vivía ese miedo; recuerdo que mi madre apagaba la luz, por debajo de la rendija de la puerta entraba un poco de luz y yo comenzaba a imaginar sombras, escuchaba afuera gente de la casa y sentía que alguien se iba a meter. El mundo del pequeño y ese potencial imaginativo es increíble; nos hacemos historias que nunca van a pasar, pero que dentro de ti, en ese momento, son muy reales”.
Para la autora, Billy representa la valentía que todo ser humano lleva dentro, el momento en el que el individuo se atreve a dar un paso hacia adelante, el poner en marcha los sueños detenidos.
“Billy representa todo eso, pero sobre todo que hablar de miedo es desarrollar la confianza en uno mismo y es una oportunidad; siempre los fracasos, los miedos y estas situaciones son oportunidades para crecer, oportunidades para hablarles a los niños de temas como la empatía, la confianza en sí mismos. Y la verdad es que me fascina este libro, porque no solamente habla de miedo, sino de este amor fraternal, este amor entre hermanos”.
Es el hermano mayor de Leo quien le hace ver que el monstruo no es un ser malvado, que si está ahí, en su cuarto, es para ayudarle con sus miedos, no para hacerle daño. A partir de ese momento, Leo vivirá un sinfín de aventuras con Billy, hasta que, con el paso del tiempo, tendrá que aceptar al disminución de sus apariciones y ayudar a su hermana pequeña para que también conviva con el monstruo, como si se tratara de un amigo imaginario.
“En la parte educativa existen muchas herramientas, y una gran herramienta son los amigos imaginarios. Hay investigaciones psicológicas que hablan de que es bueno tener un amigo imaginario y permitirles a los niños que lo tengan. A mí se me ocurrió, justamente, porque Billy fue un amigo imaginario de mi primer hijo”.
La narración de Arely Oliva es acompañada por las ilustraciones de Estefanía Nicté Estrada. La historia le deja como lección que la valentía del corazón es capaz de brillar incluso en los momentos más oscuros. Por tal motivo, invita a los lectores de esta nota a regalar un libro a los más pequeños para esta Navidad.
“La Navidad representa muchas cosas, no nada más envolver regalos y dar; es un momento de compartir en familia, un momento para pasar momentos agradables con los hijos, y esa parte de recuperar la lectura en voz alta; leerles a los pequeños es algo que no debe pasar de moda. Se crean puentes de confianza, de amor. Y no es el libro lo que lees, es quién te lee y el momento que estás pasando junto a ellos. Entonces, en estos momentos de Navidad, donde toda esta parte es muy familiar, creo que los libros pueden ser grandes objetos para la unión familiar”.