Bebés prematuros y su cuidado. Foto: Líderes en Salud
“Se considera prematuro todo recién nacido con una edad gestacional menor de 37 semanas completas”, explica el pediatra Luis Roberto López Ramírez, quien añade que la Organización Mundial de la Salud clasifica a estos bebés en tres grupos: prematuros extremos, que nacen con menos de 28 semanas; muy prematuros, que nacen entre 28 y 31 semanas y los moderados o tardíos, que cuentan con 32 a 36 semanas de gestación.
Según el especialista, las causas de la llegada de un bebé antes de tiempo son multifactoriales. Entre las maternas, destacan la hipertensión, la preeclampsia, las infecciones, la diabetes, el tabaquismo, el estrés y la edad extrema de la madre. También pueden influir problemas placentarios, como el desprendimiento o la placenta previa, factores fetales, como el embarazo múltiple, malformaciones o restricción de crecimiento, y condiciones sociales como el bajo nivel socioeconómico o la falta de control prenatal. “Por eso es importante llevar un buen control prenatal y ante cualquier síntoma extraño acudir al ginecólogo”, enfatiza.
Cuando un bebé llega al mundo antes del tiempo esperado, la participación de los padres es crucial. “Como papá o mamá hay que seguir estrictamente las indicaciones del pediatra o neonatólogo, fomentar la lactancia materna y practicar el cuidado canguro, que es el contacto piel con piel”, señala López Ramírez.

Los bebés prematuros pueden presentar distintos problemas de salud según su edad gestacional por lo que el pediatra subraya que la atención debe ser multidisciplinaria. “Para el bebé es fundamental el acompañamiento de un pediatra o neonatólogo, oftalmólogo, neurólogo pediatra, nutriólogo pediátrico, especialista en rehabilitación y, en algunos casos, un neumólogo pediatra”, explica.
Atención multidisciplinaria
Sobre otros cuidados esenciales en este tipo de casos, el pediatra destaca cuidar su alimentación, mantener una temperatura corporal estable, cumplir con el esquema de vacunación, evitar multitudes para prevenir infecciones y ofrecer estimulación temprana.
Asimismo, desmiente la creencia de que el bebé prematuro será una persona débil, y afirma que puede desarrollarse con normalidad. “La mayoría de estos bebés puede alcanzar un desarrollo saludable con los cuidados adecuados”. Por lo que aconseja participar activamente en su cuidado y como padres no comparar a su hijo con el desarrollo de otros.
“La prematurez no significa enfermedad de por vida. Con un entorno de amor, apoyo, controles médicos adecuados y estimulación, la gran mayoría de los bebés prematuros logran un desarrollo pleno y saludable”, asegura el pediatra.