Bazar de la Casa del Anciano Dr. Samuel Silva ofrecerá artículos desde 10 pesos
Con más de 40 años de historia, el bazar de la Casa del Anciano Dr. Samuel Silva volverá a abrir sus puertas, en la Calle C. Juan Pablos 222 norte frente al Bosque Venustiano Carranza en Torreón, para recaudar fondos destinados a la atención de cien adultos mayores en situación de vulnerabilidad.
Del 7 al 9 de noviembre, de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 18:00 horas, el público lagunero podrá encontrar desde ropa, zapatos, muebles, juguetes, artículos navideños, decoración y toda clase de mercancía en buen estado, que fue donada por la ciudadanía y curada por el grupo de voluntarias.
“Tenemos dos bazares al año, uno en mayo y otro en noviembre. Este ya inicia el viernes”, explicó María del Carmen Sedano Ponce de León, voluntaria de la institución desde hace más de 30 años. Desde ropa hasta muebles y objetos decorativos, la oferta es amplia y accesible para cualquier bolsillo. Se informó que habrá artículos desde 10 pesos.
“Todo lo que vendemos es donativo. La gente nos trae cosas durante todo el año. No hay un día que no llegue algo”, indicó María del Carmen.
El bazar funciona como un puente comunitario: lo que deja de usarse en un hogar se transforma aquí en apoyo directo para las personas mayores que residen en el asilo. Y la cadena solidaria no termina en la venta.
Aquellas prendas que no pueden comercializarse, pero aún son útiles, se envían a comunidades apartadas. “La ropa se revisa; lo que no está bien pasa a otra cadena. Nada se desperdicia”.
La labor de las voluntarias (un grupo de alrededor de diez mujeres que crece en temporada de bazar) no es sencilla. Entre organizar, clasificar, limpiar y atender al público, incluso deben lidiar con situaciones inesperadas.
“A veces hasta nos roban. Y hay quienes piden más barato. Les explicamos: esto es para la casa, no para nosotras”.
La necesidad detrás de este esfuerzo es clara. El asilo da atención a cien adultos mayores, muchos de ellos abandonados por sus familias o rescatados de la calle. Aquí reciben techo, comida, atención médica, higiene y actividades. Todo sin costo para quienes no pueden pagar.
“Son 500 pañales diarios los que se usan. Más comida, artículos de limpieza, personal… imagínate el gasto”, detalló Sedano.
La Casa del Anciano trabaja de la mano con el DIF para recibir y regularizar a personas que llegan sin documentos ni apoyo. “Hay casos muy tristes: los dejan en la puerta sin papeles, sin ropa. Pero aquí llegan a vivir con dignidad”.
En un contexto donde los bazares se han multiplicado, este mantiene su esencia y misión. “Sí nos ha bajado un poquito la venta, pero la gente sigue respondiendo. Es un bazar tradicional”.
Por último, la voluntaria invitó a la ciudadanía que se sume a esta causa social, de cobijar a los ancianos laguneros en abandono.