Belinda se quiebra en el escenario en medio del pleito legal con Lupillo Rivera

La noche del domingo, el escenario de Las Fiestas de Octubre en Guadalajara se iluminó con la energía de Belinda, pero también con un silencio inesperado. Durante la interpretación de “Luz sin gravedad”, la cantante de 36 años se detuvo, y por un instante, la música y las luces parecieron ceder ante su emoción: Belinda rompió en llanto frente a cientos de ojos atentos.

No era solo la presión del escenario. Sus rodillas, protegidas por una férula tras una lesión de menisco durante los ensayos de Mentiras All Stars, delataban el esfuerzo físico que había puesto en la puesta en escena. Pero más allá del dolor físico, muchos creen que la artista cargaba con un peso emocional mucho mayor: la intensa contrademanda que enfrenta por parte de Lupillo Rivera, quien busca limpiar su imagen tras las acusaciones de violencia de género y digital que Belinda presentó contra él.

Entre los aplausos y vítores, la cantante logró recomponerse y agradeció el apoyo del público, dejando ver que, pese a la tormenta mediática, sigue firme sobre el escenario. Sin embargo, los murmullos entre los fans no se hicieron esperar: el drama legal, sumado a la pérdida del celular de Rivera —que podría contener evidencia de su relación—, parece haberse convertido en un espectador más de su concierto.

Por su parte, los abogados del llamado “Toro de corrido” aclararon que la intención de la contrademanda no es encarcelar a Belinda, sino reclamar la verdad y deslindar responsabilidades sobre lo que consideran declaraciones falsas y difamatorias. Según ellos, las contradicciones de la cantante entre reconocer una relación sentimental y luego minimizarla como laboral constituyen falsedad de declaración, un delito que obliga a Rivera a actuar legalmente.

Así, mientras las luces del escenario se apagan y los fanáticos se despiden, Belinda queda entre la ovación y la incertidumbre, demostrando que la vulnerabilidad también puede ser parte del espectáculo.