Caifanes detienen el tiempo 'muchos años' en su regreso a Torreón
Nostalgia, catarsis, encuentro, reencuentro… el emblemático grupo de rock mexicano Caifanes volvió a Torreón para confirmar que su música sigue vigente, en una noche que conectó en una sola voz a jóvenes, adultos y fans de toda la vida, donde cada acorde fue una postal del pasado que sigue viva.
Acordes de un bajo y gritos de todo el público, al identificar una de las canciones más famosas de la agrupación: Aquí no es así. Así inició el concierto anoche, para después escuchar a Saúl Hernández decir: "En el libro de Simbad el Marino dice que tú puedes viajar por todo el mundo, visitar los 7 mares y todos los continentes. Pero en donde naciste, ahí pertenece tu alma y eso es México".
Siguieron los temas Debajo de tu piel y Para que no digas que no pienso en ti.
Al finalizar, Saúl dio la bienvenida a "los nuevos aliados", las nuevas generaciones. "Bienvenidos al mundo caifanesco", exclamó entre gritos.
Siguieron los temas Miedo y Miércoles de Ceniza, para confirmar que el concierto va con todo.
Saúl hizo una pausa para reconocer a las mujeres y elevar la voz para decir que el mundo necesita ''menos machos y más hombres". "Esta canción es para ti, mujer. Gracias por ser lo que son". Y así se escuchó Viaje Astral mientras en la pantalla principal se mostraban imágenes de madres buscadoras y mujeres destacadas en diferentes ámbitos.

Siguieron más temas que los han hecho famosos, en una noche mágica, donde Caifanes no sólo llenó el Coliseo Centenario, también lo desbordó con emociones, memoria colectiva y esa mística que los mantiene vigentes, aun en un panorama musical acelerado, donde muchos de sus contemporáneos se han quedado atrás.
La voz de Saúl Hernández se enmarcó en los acordes de los legendarios Alfonso André en la batería, Rodrigo Baills, Diego Herrera y Marco Rentería, para continuar ofreciendo a su público himnos como Viento, No dejes que, Mátenme porque me muero y La Célula que explota.

La producción escénica fue sobria pero potente.
Caifanes apostó como siempre por la fuerza de su música, la reflexión en sus letras y la conexión mágica con su público. Anoche, no solo ofreció un concierto, entregó una experiencia entre dos mundos, donde el alma no envejece.