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Cangrejo herradura muere como carnada para pesca de pulpo en México

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Es la última luna llena de 2025. La oscuridad es casi total en la reserva de la biosfera río Lagartos. En este humedal, donde confluyen las aguas del golfo de México y del Caribe, un grupo de investigadores busca al Limulus polyphemus, un animal único que la gente llama cacerolita de mar, o me'ex (se pronuncia mesh, en maya).

Esta Área Natural Protegida (ANP) es crucial: decenas de animales la han elegido para anidar. La lancha se mueve cerca del mangle, buscan los espacios de arena granulosa que se forman entre los árboles, pequeñas playas con cierta inclinación donde las olas rompen. Esos sitios son el punto de encuentro de la cacerolita de mar que, atraída por la marea alta y la baja temperatura del agua, busca reproducirse bajo la luna llena o la luna nueva, algunas de ellas por primera vez. Pero esta noche no se ven por ningún lado. Salvador, el pescador de unos 50 años que navega la lancha, dice que está terminando la temporada de pulpo y que por eso escasean. Ya las usaron como carnada para abastecer la demanda de la industria pesquera más importante del estado.

La cacerolita de mar es un animal único. No tiene cabeza, la boca la tiene entre las patas y el corazón a mitad del cuerpo. Tiene cinco pares de patas y un caparazón durísimo que le permite doblarse casi a la mitad. Tiene una inofensiva cola puntiaguda y 10 ojos. Algunos creen que es un cangrejo (lo llaman cangrejo herradura), pero en realidad es pariente de los arácnidos. Es también uno de los habitantes más antiguos del planeta: ha vivido aquí al menos desde hace 450 millones de años.

A pesar de haber sobrevivido a cinco extinciones masivas, incluyendo la de los dinosaurios, el me'ex enfrenta su mayor amenaza en la península de Yucatán, el único lugar en México donde habita y donde está catalogado en peligro de extinción en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

"Estamos hablando de que es un fósil viviente. Pero a pesar de todo lo que ha sobrevivido, es muy posible que no supere esta extinción masiva que ya estamos viviendo", dice uno de los tripulantes de la lancha, Juan José Sandoval Gío, doctor en ciencias marinas e investigador de la especie del Tecnológico Nacional de México, Campus Tizimín.

Esta sexta extinción es de origen humano, impulsada por la pérdida de hábitat a causa del turismo y el boom inmobiliario, pero, sobre todo, por la industria pesquera de pulpo que ha encontrado en ella una carnada ilegal, resistente y redituable.

Carnada ilegal

Son las 20:20 horas. Las lámparas del equipo del Dr. Sandoval alumbran el manglar en busca de me'ex. Se encuentran cocodrilos y flamingos, pero no cacerolitas. Salvador, el capitán, dirige la lancha a otra zona de la reserva. Hay un silencio profundo. De pronto, anuncia un avistamiento. Toma su red y saca del agua un me'ex. El investigador y su equipo de estudiantes lo analizan. Es macho, pesa 302 gramos y la cola mide 13 centímetros. Esa noche encuentran ocho machos y sólo una hembra. "Es sintomático que esté por terminar la temporada de pesca de pulpo y veamos apenas unas cuantas cacerolas", dice Sandoval.

La pesca de pulpo en Yucatán, que provee aproximadamente 70% de la producción nacional, busca superar las 32 mil toneladas en 2025. Aunque la captura y uso del me'ex es ilegal por su riesgo de extinción, el saqueo ocurre anualmente y de forma programada.

La cacerolita es más rentable que la carnada legal. Un kilo de cangrejo muerto cuesta alrededor 170 pesos, según los pescadores entrevistados, y dura una jornada de un día. En contraste, las cacerolitas se venden en 180 pesos por kilo (unos tres ejemplares) y rinden hasta tres jornadas de pesca, aunque los pescadores aseguran que, incluso, semanas. A los animales se les hacen cortes para que su sangre atraiga al pulpo con mayor eficacia. "Su maldición es su resistencia", explica el biólogo. El secreto está en su sangre azul, la hemolinfa que le provee de un sistema de coagulación eficaz que la hace sanar ante las heridas y que es de gran atractivo para los pulpos.

El saqueo se registra de forma masiva. Por ejemplo, a inicios de agosto de este año se decomisaron 900 kilos (unos 3 mil ejemplares) rumbo al puerto de Progreso. Sin embargo, este tráfico suele pasar inadvertido ante las autoridades federales. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) informó, en respuesta a una petición de información, que entre 2015 y noviembre de 2025 sólo ha decomisado "una pieza disecada".

Ante la petición de posicionamiento, la dependencia informó que este año realizó un operativo en Yucatán para inspeccionar embarcaciones y verificar si realizaban la captura de ejemplares y que "durante la revisión no se detectó el aprovechamiento de dicha especie". También que en Campeche y Quintana Roo no han realizado operativos porque no hay reportes de la captura de esta especie.

Aquí se cuentan con los dedossiglonet-2025121918201577-694597d196078

En la península de Yucatán se han identificado cacerolitas de mar en Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Los investigadores las han estudiado desde hace décadas y han notado su reducción con el paso del tiempo.

"En Quintana Roo destruyen las áreas donde habitan por la construcción de hoteles y actividades turísticas. En el lado de Campeche, tienen los contaminantes de la zona petrolera. Mientras que en Yucatán está ocurriendo la extracción para la pesca", explica Carmen Rosas Correa, maestra en Ciencias en Recursos Naturales y Desarrollo Rural de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur-Conacyt), unidad Chetumal.

La bióloga ha atestiguado los retos de la especie, desde los depredadores naturales que las acechan, hasta la huella del humano en su hábitat. "Falta el compromiso de las autoridades de asumir su papel y proteger a las especies, pues las estamos disminuyendo a una velocidad muy rápida", advierte.

Además de México, la cacerolita de mar se encuentra en Estados Unidos, en sus costas del Atlántico. En Asia, se ubica en Vietnam, China, Tailandia y Japón.

Fuera de México se le utiliza para la industria médica. Su sangre tiene un sistema inmunológico que detecta casi al instante toxinas bacterianas, es por ello que se usa para detectar contaminación por bacterias en vacunas, medicamentos intravenosos y dispositivos médicos como implantes o prótesis. Todos en el mundo hemos sido beneficiados con el poder de su sangre sin necesidad de que la cacerolita muera. Pero el panorama de esos sitios es muy distinto al de México. Allá, en un día, se pueden ver por miles, aquí se cuentan con los dedos.

La búsqueda del equilibrio

Los efectos de la luna llena aún se perciben en la marea de Telchac, en la costa norte de Yucatán. Es la noche del 5 de diciembre. Jaime Zaldívar Rae, biólogo de la Universidad Autónoma de Yucatán y doctor en ciencias biomédicas por la UNAM, tiene identificadas varias playitas de anidación de la cacerolita de mar en el canal del puerto de abrigo de este municipio. Nota a un macho solitario que espera a una hembra puntual. Son apenas las 20:30 horas, el tiempo en que los investigadores saben que llegan porque la temperatura del agua es la ideal.

En la siguiente playita hay una hembra con un macho, otro par está rondando. Zaldívar explica que la hembra está definiendo si es el macho adecuado para ella. No hay tiempo definido para esa danza, pero si ella acepta, comenzará a sentir la arena de la zona para localizar las mejores condiciones del terreno, dejar sus huevos y permitir que el macho los fertilice. Sólo así la continuidad de la especie se garantiza. Al mismo tiempo, un joven en moto pasa a un costado, furtivo entre la oscuridad de la noche. "Ahí va un 'mexero'", menciona el biólogo. Se refiere a que es una persona que captura ilegalmente a las cacerolitas para venderlas o usarlas como carnada en la pesca de pulpo.

Zaldívar se dirige a otra de las playas al fondo del lugar, la más grande. Está vacía. La moto iba de regreso. "Si había, ya se las llevó", concluye. Más adelante, la motocicleta está estacionada justamente en la zona donde la hembra estaba definiendo si anidar o no.

"Esto ocurre todos los días. Hay embarcaciones grandes que tienen importantes volúmenes de cacerolitas almacenadas para la pesca y es un golpe tremendo, porque las capturan cuando salen a reproducirse", recalca el investigador.

En Yucatán hay aproximadamente 15 mil familias que dependen directamente de la pesca de pulpo, y que, a decir del especialista, lidian con los altos costos que la industria establece. "Tenemos que echar mano de la ciencia y encontrar alternativas que les permitan bajar los costos de la actividad pesquera sin que se siga poniendo en riesgo a la especie", advierte.

Se escucha un motor que acelera con premura. De entre la oscuridad sale el 'mexero'. Trae una cubeta blanca de unos 20 litros. Está llena de me'ex. Se alcanzan a ver las patitas panza arriba de unas tres y varias colas puntiagudas asomándose por la boca del bote. Esta es la historia completa: un ciclo reproductivo interrumpido por el humano. Así es como la especie se va extinguiendo.

—¿Cuántas de las veces que has venido a estudiar la cacerolita aquí te ha ocurrido algo similar? —Se le pregunta a Zaldívar.

—Todas —responde.

Datos

450 millones de años tiene la cacerolita de mar habitando la Tierra.

24,230 toneladas de pulpo se pescaron en Yucatán en el año 2024.

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Escrito en: cacerolita de mar Pesca Limulus polyphemus Cangrejo herradura

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