Encuentro muy frágiles los argumentos y las conductas de una lista de políticos mexicanos, para citar por lo menos una cifra mínima de quienes asumen con dignidad sus errores y están dispuestos a no seguir impactando en la opinión pública de forma negativa así como a su partido y desafiando el esfuerzo por controlar la situación de la Presidenta Claudia Sheinbaum. De igual forma me resisto a reconocer que en nuestro país funciona la Democracia, faltan tantos escenarios en esa vía, pero son finalmente las formas del Lenguaje las que manipulan las verdades al amparo del poder. Me resisto a aceptar que estamos en el camino correcto como nación, porque no solo es un ataque a la inteligencia si no una oportunidad para comparar los tiempos y circunstancias no tan lejanos que hemos vivido en este país, con los errores de todos los gobiernos pero al menos frente a un modelo más funcional y menos agresivo.
Uno de los temas más recurrentes ya desde el inicio del siglo XXI fué el tipo de Estado que tendrían las sociedades sobre todo posterior a la segunda guerra mundial y al impacto de la globalización, para el caso de México el centro del proceder se concentró en las atribuciones económicas del Estado, agenda que abrió la gran puerta de la discusión plural. Aquí brota el concepto de la Democracia así fue la visión Constitucional: El congreso impone por primera vez en la historia del México Moderno una nueva ruta y señala con claridad las atribuciones del Cuerpo Colegiado en materia de fiscalización de los recursos, limitando en sus funciones a la Contraloría de la Federación.
Así la Democracia que es el sistema político de la libertad es una suma de poderes que funciona como anti poderes, frenos y vallas, contra la extralimitación de la libertad y el propio poder. Una Democracia es por naturaleza un ejercicio abierto, es decir, en él, nada está predeterminado y el concepto desemboca en que participen todos los actores políticos y en la posibilidad de que propongan y cooperen para la inmensa tarea de gobernar, ahora bien, suponer al Estado como un Administrador desde la perspectiva de la Democracia sería un error histórico imperdonable ¿cómo concebir al sistema político mexicano? Desde entonces se fue situando la alternancia del poder como el logro máximo de congruencia y realidad no solo en lo político también en lo económico.
Se rechazó el Estado Guardián, ya había pasado su época. En la Doctrina Clásica impidió que en la práctica se ayudara a revertir los impactos negativos de la economía, la acción del Estado fue enfilada al exterior, a la lucha por los mercados, en la segunda mitad del siglo XIX dio inicio la superioridad hegemónica de Inglaterra, Robinson llamó Imperialismo de libre comercio y criticó que sus verdaderas intenciones eran ahogar con esa fuerza poderosa al resto de los estados y de los gobiernos. ¿Sería posible entonces, pensar en un Estado Benefactor? Si atendemos el concepto Keynesiano, sí es posible asignarle la conducción de la formación de capital, una recomendación que se extralimitó por las implicaciones en el ámbito monetarista, facultad que tenía una gran dosis de intervencionismo y despilfarro, y llevó a la quiebra a un gran número de gobiernos y a la estructura de enormes montos de deuda, entre los ejemplos negativos, estuvo México.
Se enfrentó luego la Reforma de Estado, una tarea nada sencilla, se llegó bajo los siguientes lineamientos: acotamiento del poder ejecutivo, fortalecimiento del federalismo, descentralización del poder con mayores recursos y atribuciones a los Estados y Municipios, luego llegarían las Instituciones Electorales, ya no en manos del Gobierno, el respeto al voto y el reconocimiento al partido o movimiento que resultara triunfador.
Hoy, habrá que reflexionar con profundidad en dónde estamos situados, ya no existen las instituciones pilares del Estado de Derecho, desaparecieron organismos claves, el avance de la oposición enfrenta severas dudas, el Gobierno de Izquierda y la Cuarta Transformación tuvieron su base de sustentación en los errores y el cansancio de la sociedad, que se vio abandonada en sus necesidades por diferentes formas de Gobierno. Hoy los políticos expresan dogmas sin sentido, que se convierten en letra muerta cuando enfrentan problemas verdaderamente complejos, sus mensajes solo llegan a un circulo muy pequeño: el de sus intereses. Actualmente, la política mexicana como la de Estados Unidos, atraviesa verdaderos pantanos por los protagonismos que exhiben. La diferencia es que en nuestro país siguen manipulando sus feudos de poder y no pasa nada.