Conmemoran aniversario luctuoso al piloto aviador Francisco Sarabia
En honor al 86 aniversario luctuoso del Capitán Piloto Aviador Francisco Sarabia Tinoco, autoridades municipales de Lerdo, estudiantes y taxistas de la base Francisco Sarabia marcharon desde la Presidencia Municipal hasta el Museo dedicado al célebre piloto. El recorrido abarcó las avenidas Francisco Sarabia y el boulevard Miguel Alemán, culminando con un acto cívico y cultural frente a su monumento.
El homenaje incluyó la colocación de una ofrenda floral y guardia de honor, presidido por el secretario técnico Víctor Hugo Ramírez, en representación del alcalde Homero Martínez. Estuvieron presentes figuras como la diputada Ana María Durón, el Magistrado Gerardo Lara Pérez, representantes del DIF Municipal, el rector de la UTLD Víctor Alonso Gómez, y miembros del Sindicato de Choferes y Rutas Francisco Sarabia. También participaron instituciones educativas como la escuela primaria Francisco Sarabia Tinoco, la secundaria Melquiades Campos y el Centro de Estudios Lerdo Contemporáneo.
Durante el evento, el Cronista Adjunto de Ciudad Lerdo resaltó los logros de Sarabia, conocido como "El Conquistador del Cielo". Entre sus hazañas destacó su labor como instructor de vuelo en Estados Unidos, piloto postal y su récord de velocidad en el avión Gee Bee R-6, al recorrer 3,781 kilómetros entre la Ciudad de México y Nueva York en 10 horas y 47 minutos. Sarabia falleció a los 38 años el 7 de junio de 1939, en un accidente aéreo tras despegar de Washington, D.C.
El programa cultural incluyó la declamación de poesía por Gerardo Rodríguez, el "Corrido a Sarabia" interpretado por un grupo coral, y presentaciones musicales a cargo de José Rodolfo López y el joven Jesús Jaidar, quienes emocionaron al público. El Grupo de Danza Folklórica del Instituto Lerdo Contemporáneo presentó bailables de Chihuahua y Sinaloa, mientras que la Banda de Música No. 2 del Estado marcó el inicio y cierre del evento, organizado por la Dirección de Educación Municipal. Este homenaje reafirmó el legado de Sarabia como un símbolo de orgullo e inspiración para Lerdo.
