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Esta semana, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció que Estados Unidos ha pedido a México eliminar unas 50 barreras comerciales que existen entre ambos países.
Y si bien está la demanda de Estados Unidos, el trato no es parejo, como se pudo ver durante la conferencia de prensa entre el secretario de Estado, Marco Rubio y el canciller Juan Ramón de la Fuente, cuando al ser preguntado Rubio si el gobierno de Trump reconsideraría el llamado “arancel del fentanilo” que su gobierno impuso a México, este dijo que no era su materia y sólo llevaría los avances al gabinete.
Mientras tanto, como reportó el periodista Mario Maldonado, de las barreras comerciales que afectan las exportaciones e inversiones estadounidenses en México, su retiro dañaría la política económica de la “cuarta transformación”.
Entre las 50 barreras mencionadas se encuentran:
- Interpretaciones diferenciadas de las regulaciones
- Límites arbitrarios al número de puertos donde pueden operar agentes de Aduanas
- Retrasos de 18 a 24 meses en registros sanitarios para medicamentos
- Negativa de otorgar permisos de importación a productos con glifosato
- Tardanza en registros de pesticidas y químicos
- Aplicación de criterios “no científicos” a productos de biotecnología alimentaria
- Barreras a venta de tecnología avanzada por el IFT
- Piratería de propiedad intelectual
- Exigencia del SAT a aseguradoras del pago retroactivo de IVA
- Eliminación de órganos autónomos
- Blindaje a Pemex y CFE de competencia privada
- Reforma minera
- Cierre de sectores de infraestructura a inversión extranjera
La revista Proceso reportó que otro de los factores a los que exige a México atender es la de prácticas desleales en comercio por el que debe unificar criterios y reforzar su cooperación con Estados Unidos, protegiendo a sectores sensibles como el textil, calzado, plástico, siderurgia y minerales.