
David Gonzáles Ladrón de Guevara: un concierto que inspira al mundo
La pantalla muestra cómo al cineasta Ernesto González Díaz se le dibuja una sonrisa en el rostro. En plena entrevista sobre su más reciente documental Concierto para otras manos (2024), se le notifica que este ha sido nominado al Premio Ariel 2025 en la categoría de Mejor Largometraje Documental. En el enlace también se encuentran conectados el joven pianista y compositor David González Ladrón de Guevara (protagonista de la cinta) y su padre, el maestro José Luis González Moya. Los tres celebran, pues las noticia les desprende emociones como notas emanadas de una partitura.
El proyecto se remonta a 2018. En ese entonces, Ernesto González Díaz sentía el llamado interior para realizar un trabajo audiovisual relacionado con la música. Él mismo había estudiado piano durante su infancia y adolescencia. En Guadalajara, uno de sus socios le presentó a David González Ladrón de Guevara, quien padece síndrome de Miller (una condición que genera discapacidad motriz y auditiva), y a su familia. Verlo tocar el piano a pesar de sus limitaciones, con aquella virtuosa técnica tan única, lo impactó con emotividad; había encontrado la historia.
“Fui a un ensayo que estaban preparando y me impactó mucho conocerlos. Vi a David, y nunca había visto a alguien que tocara el piano con sus características. Tocaba con una técnica única, mucho virtuosismo y emotividad. Ahí también estaba José Luis, su maestro, y veía cómo le exigía como a cualquier músico profesional, sin un miramiento especial. También se me hizo muy interesante ver que además de su maestro era su papá y que había toda una historia detrás de cómo llegó a darse esta colaboración entre ambos”, indica el cineasta.
GRAN HISTORIA DE VIDA
Nacido el 15 de diciembre de 1996, David González Ladrón de Guevara tuvo estrella musical desde la cuna. Criado en una familia de músicos, las características de su padecimiento (brazos cortos y encorvados, cuatro dedos en cada mano y cuatro dedos en cada pie, limitación auditiva, vista débil y, en general, una salud frágil), no fueron impedimentos para que creciera como cualquier niño y se empapara del arte que había en casa.
Sí, al principio hubo duda, pero David se abrazó al teclado tratando de imitar lo que veía en las presentaciones de su padre. Tal fue su interés que, un día, una tía comenzó a darle clases. El progreso fue en notable crescendo para el joven músico, hasta que llegó el momento de dar un paso mucho mayor: audicionar para un concurso que tendría sede en Vancouver, Canadá, y sería exclusivo para jóvenes músicos con discapacidad.
El video de la audición todavía puede apreciarse en YouTube: un pequeño David junto a su padre al piano, interpretando una suite de música mexicana a cuatro manos. Al césar lo que es del césar. El jalisciense no sólo fue seleccionado para concursar en tierras canadienses, sino que también se quedó con el primer lugar. Aquello sería apenas el inicio de su condecorada carrera, la cual incluye el Premio Nacional de la Juventud 2013.
“La música es un lenguaje por el cual podemos transmitir emociones, ideas, incluso algún pensamiento que hayas tenido. Y es un lenguaje del cual puedes impactar a las personas, pero también transformar tu entorno. Si tú quieres es algo muy poderoso, pero también es una manera de comunicarnos con el Creador, con Dios y eso también es muy valioso”, expresa David González Ladrón de Guevara.
UN AMOR SONORO
En un acto de amor paternal, el maestro José Luis González Moya compuso para su hijo la pieza Concierto para piano a 8 dedos y orquesta. Una partitura donde se involucran técnicas tradicionales y contemporáneas para adaptar el piano a las extremidades de David. Con miras a su estreno, se ideó un gran proyecto que incluiría su presentación con la Orquesta Filarmónica de Jalisco en el Teatro Degollado de Guadalajara. Ernesto González Díaz se basó en esta musicalidad para dividir el documental como si se tratara de una sinfonía.
“Justo de ahí vino la idea. Me gustaba la idea de que la música estuviera impregnada en todo, así como lo está en la vida de los protagonistas. De ahí surgió la idea de que la misma estructura narrativa y dramática, se correspondiera con una estructura musical. Y como el hilo conductor de la historia es la composición y ejecución de este concierto, de ahí vino la inspiración de hacer estos bloques para estructurar a manera de los movimientos de una pieza musical”, explicó el director del documental.
Sobre la nominación al Premio Ariel, tanto el director como el protagonista expresan su emoción, pues se trató de una filmación que incluso tuvo que ser pausada por la pandemia de covid-19. En especial, David, quien también compone sus propias piezas, confiesa que para él es un gran aliciente, pues los últimos meses no han sido los mejores para su salud.
“La verdad, no sé por qué, pero me dio mucho gusto. Estoy muy feliz, porque he estado atravesando… bueno, de mi salud llevo como ocho meses no al cien y esta noticia me motiva cada día más a seguir adelante, a seguir luchando por mi vida. Pero muy, muy feliz de que nos hayan aceptado en los Premios Ariel. Y pues nada, agradecido por la respuesta de la gente, de los que seleccionan, con Ernesto y todo el equipo que hicieron un gran trabajo. Y también súper agradecido de que la gente esté viendo el trabajo que hemos hecho durante básicamente toda mi vida, que estén apoyando este proyecto, que les encante escuchar mi historia. Y más que nada, lo que más me gusta es inspirar a las personas. Si a través de la película salen inspirados, ¡qué bonito!, ¡qué emoción!”.
Bajo la distribución de Benuca Films, Concierto para otras manos tendrá su estreno en la Cineteca Nacional el próximo 10 de julio. También estará en pantallas nacionales de cines comerciales, aunque todavía no se ha programado su proyección en Torreón.