Deefake de secuestros y drones kamikaze, así usa el crimen la IA en México y América Latina
Un reporte reciente de la Unión Europa ha levantado advertencias sobre cómo el crimen organizado a nivel mundial, incluyendo en México, está utilizando a la inteligencia artificial como una arma.
Aprovechando los avances tecnológicos, individuos o grupos criminales sin habilidades técnicas avanzadas pueden ahora automatizar ciberataques; crear identidades sintéticas para defraudar, extorsionar o manipular; explotar vulnerabilidades sistémicas y optimizar sus operaciones criminales.
En México, detalla el reporte los criminales utilizan chatbots de inteligencia artificial para crear confianza con las víctimas a través de aplicaciones de citas o WhatsApp y luego los atraen a falsas plataformas de inversión de criptomonedas, entre estas se ha documentado que lo hace el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El Cártel Jalisco y el de Sinaloa han incorporado a su arsenal el uso de drones sea para vigilancia, reconocimiento y ataques mortales, lo mismo que grupos criminales de Brasil para mantener el control en las favelas y las disidencias de las FARC que han desplegado drones en su guerra con el estado colombiano.
Las bandas criminales han copiado innovaciones vistas en Ucrania, donde Rusia y el país invadido han desplegado drones kamikaze y otros guiados con inteligencia artificial para realizar ataques de precisión.
En América Latina, grupos del narcotráfico y criminales como el Clan San Roque de Bolivia han experimentado con videos falsos de secuestros de personas para extorsionar a los familiares de las víctimas a cambio de criptomonedas.
Otro uso de la inteligencia artificial ha sido para crear material falso de personas reales (deepfakes) que involucren crímenes contra la privacidad, desinformación, intentos de manipulación electoral y hasta abuso sexual infantil.
Aunque se aclara que en la región se han tenido casos del uso de estas deepfakes para perpetrar violencia contra estudiantes del sexo femenino.
El reporte resalta que mientras la cooperación entre los proveedores de IA y las autoridades de Justicia han ganado atención, su respuesta ha sido lenta y no consistente por la falta de legislación, de capacitación y otras herramientas para responder a estos crímenes.