Dr. José Luis Vázquez Torres: Cardiólogo Intervencionista
Hay médicos que se han especializado para estar en el momento adecuado y salvar vidas. Es el caso del Doctor José Luis Vázquez Torres, Cardiólogo Clínico con Alta Especialidad en Hemodinamia y Cardiología Intervencionista, quien en años de práctica médica ha ayudado a miles de personas y sus familias para que tengan una nueva oportunidad de ser felices.
Por esa razón, el Doctor José Luis Vázquez Torres es un líder de la salud, y comparte su historia con esta publicación.
¿Cómo fueron sus inicios en la Medicina y por qué decidió dedicarse al estudio del corazón?
Mis inicios en la Medicina se remontan al año 2006, cuando ingresé a la Facultad de Medicina Dr. Alberto Romo Caballero, en Tampico, perteneciente a la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Ahí comencé mi formación como Médico General.
En el segundo semestre cursé Anatomía Cardíaca, y desde ese momento quedé fascinado por comprender la estructura del corazón y del funcionamiento del aparato circulatorio. Esa mezcla de ciencia, precisión y asombro despertó en mí una pasión que ya no se apagó.
Con el paso del tiempo, una situación familiar relacionada con problemas cardíacos reforzó aún más mi interés por esta área. Esa experiencia personal marcó mi camino.
Motivado por ese propósito, decidí avanzar hacia la especialización, iniciando el exigente proceso para presentar el Examen Nacional de Residencias Médicas en 2013. Mi formación en Cardiología Clínica la realicé en el Hospital de Cardiología No. 34 de Monterrey NL, y posteriormente cursé la Alta Especialidad en Hemodinamia e Intervencionismo Cardíaco en la UMAE No. 71 de Torreón, Coahuila, ambas avaladas por la Universidad de Monterrey.
¿Cómo mantiene usted su vocación para ayudar a los demás con el paso de los años?
La Cardiología Intervencionista es una especialidad que te confronta con momentos decisivos en la vida de las personas. Ver a un paciente llegar en condiciones críticas (como en un infarto agudo) y tener la oportunidad de intervenir para recuperar su vida es algo que no deja de maravillarme.
Cada procedimiento exitoso, cada corazón que vuelve a latir con fuerza y cada familia que recupera a su ser querido me recuerdan por qué elegí este camino. Esa satisfacción humana y profesional es, sin duda, lo que mantiene mi vocación intacta. Para mí, no hay nada más fascinante que eso.
¿Cómo hace usted para mantenerse vigente en lo profesional?
En Cardiología, la actualización continua no es opcional: es una responsabilidad ética. Nuestra especialidad requiere recertificaciones cada cinco años ante el Consejo Mexicano de Cardiología, tanto en Cardiología Clínica como en Cardiología Intervencionista y Hemodinamia. Para mantener esta vigencia, debemos acumular puntos mediante actividades académicas: congresos, cursos presenciales y virtuales, talleres y educación médica continua. Esto garantiza que siempre estemos actualizados con la evidencia más reciente.
Si bien los conocimientos médicos son esenciales, ¿qué otras habilidades considera usted indispensables para su labor?
La Medicina no solo se sostiene en el conocimiento científico; requiere un profundo sentido humano. Considero fundamental tener paciencia con los pacientes, explicarles su padecimiento con claridad y saber escuchar. La comunicación efectiva y la empatía son pilares esenciales. La mayoría de los pacientes llega con preocupación o angustia; mi papel es acompañarlos, orientarlos y brindar apoyo en un momento vulnerable.
¿Cuáles son las enfermedades por las cuales más se acercan los pacientes a usted?
Entre los padecimientos más frecuentes que atiendo están la hipertensión arterial y las enfermedades de las arterias del corazón. En el área de Urgencias, el infarto agudo del miocardio es el padecimiento que más trato, siendo esta mi principal área de Especialidad. Realizo cateterismos cardíacos, apertura de arterias obstruidas, colocación de marcapasos, y manejo integral de la insuficiencia cardíaca y arritmias.
Cuando un paciente se acerca con usted, ¿qué compromiso adquiere?
Cuando un paciente decide confiar en mí, asumo una responsabilidad profunda y continua. Significa acompañarlo desde el primer diagnóstico hasta la mejor resolución posible de su padecimiento. Estoy presente en cada etapa: evaluando, orientando, tomando decisiones basadas en evidencia y brindando un seguimiento cercano. Mi compromiso es caminar junto al paciente durante el curso de su enfermedad.
