
Diálogo. Laura Restrepo dialogó con el periodista Carlos Salinas Maldonado en el marco de la FIL Monterrey 2025.
Una de las actividades principales del primer día de la Feria Internacional del Libro Monterrey (FIL Monterrey) 2025 es sin duda el diálogo efectuado entre la escritora colombiana Laura Restrepo y el periodista nicaragüense Carlos Salinas Maldonado. 'Literatura, migraciones y fronteras: ¿Cuál es el destino de Latinoamérica y el mundo?', es el título de la conversación llevada a cabo en el Auditorio Humanidades Digitales Tec de Cintermex, en punto de las 17:00 horas de ayer sábado.
En primera instancia, hablan del exilio. ¿Qué significó el exilio para Laura Restrepo? Ella relata su experiencia. Eran los años ochenta, una época brava en Colombia y a la vez luminosa; se atisbaba un supuesto diálogo entre los guerrilleros y el gobierno colombiano encabezado por Belisario Betancur: "Que callen los fusiles para que hable la gente", la frase resonaba con tonos de esperanza. Restrepo fue nombrada comisionada de paz, pero hablar de paz estaba prohibido.
"Se puso muy difícil la situación y me dijeron: 'Ya no puedes volver a tu casa. No vayas, porque ya el riesgo es muy alto'. Entonces, hice cita con mi madre en el aeropuerto. Ella acudió. Me llevó una maletica y a mi muchacho que tenía cuatro años y nos vinimos en un avión para México".
Dice que México es un "lugar de acogida", que tiene una tradición de años siendo una esperanza para los refugiados, disidentes y perseguidos políticos de otras latitudes. Fue duro, recalca, pero finalmente consiguió trabajo y anduvo de pueblo en pueblo buscando una historia, hasta que escribió La isla de la pasión y ese libro sobre un grupo de náufragos le abrió muchas puertas cuando decidió escapar también de la nostalgia.
"El exilio tiende a ser una isla, porque uno se reúne con los propios exiliados. En ese tiempo no había internet, entonces era estar al pendiente de las noticias de esa patria que dejaste atrás, porque una cosa es viajar por placer y otra saber que no puedes volver".
México le parece un lugar maravilloso, le ha dejado un gran amor. Y a propósito, señala que el amor es lo único que puede salvarnos. Entonces, Carlos Salinas Maldonado le pregunta sobre el desarraigo. Le indica algunos aspectos de su literatura y su papel como bálsamo de dolores tras migrar.
"Se te vuelve una patria la literatura, la que escribes y la que lees; donde vas con los libros, ahí estás de alguna manera acompañada. Además, es una guía para penetrar en los sitios a donde no perteneces. Escribir sobre un lugar, sobre la gente de ese lugar, inmediatamente te crea un arraigo y un cariño".