El exjugador y técnico mexicano estará en nuestra región para compartir sus vivencias con los laguneros.
Fernando Quirarte se siente bendecido por el futbol, por haber vivido el sueño de patear el balón sobre una alfombra de pasto verde, por levantar copas y jugar un mundial, entre otros momentos imborrables. Hace poco tomó la decisión de escribir sus memorias, de dirigir las palabras y alinearlas sobre la hoja en blanco. El resultado de tal estrategia es ¡Bendito futbol! (Aguilar, 2025), un libro donde además de narrar sus hazañas, también comparte por vez primera aspectos desconocidos de su vida.
"Mira, más que nada, me nació porque mi yerno, mi hija, mi familia, mi amigo y compañero Benjamín Galindo, me insistieron mucho de que dejara un testimonio, un legado y esa fue la intención de hacerlo. Fue algo que me dio mucho gusto y esa es la intención: dejarle a mis hijos muchas cosas que a lo mejor no platiqué con ellos, que la afición conozca realmente todas situaciones que se presentaron a lo largo de mi inicio en el futbol y que no fueron tan fáciles, situaciones por las que tuvimos que pasar, en fin. Hablo también de mi época en Santos, que fue para mí la mejor en mi vida en cuanto a resultados. A la afición de Torreón le tengo un gran cariño, un gran recuerdo, porque fue mi mejor época como entrenador".
Será este sábado 15 de noviembre, en punto de las 12:00 horas, cuando el también conocido como 'El Sheriff' presente su libro ¡Bendito futbol! en el Centro de Convenciones Torreón (CCT). El profe hizo un espacio para compartirlo aprovechando su visita para el juego amistoso entre las selecciones de México y Uruguay. Antes de volar a Torreón, hizo un enlace virtual con este diario desde Guadalajara.
"Toco muchas aristas, muchas cosas que nunca había platicado. Mi salida de Santos, cómo se dio, por qué se dio. Y al menos es mi versión, mi sentimiento, lo que hoy digo para que quede ahí".
Nacido en 1956, en Guadalajara, Jalisco, Fernando Quirarte debutó con Chivas a los 17 años de edad. Fue seleccionado nacional y jugó el mundial de México 1986, donde anotó dos goles. Un año después logró salir campeón de liga con el equipo rojiblanco. También jugó en Atlas y Leones Negros. Se preparó como entrenador, fue mano derecha de Bora Milutinovic. Dirigió a equipos como Santos Laguna, Atlas, Chivas y Jaguares de Chiapas. También ejerció como funcionario público y hoy en día es empresario.
¡Bendito futbol! es un libro dividido en 13 capítulos, distribuidos en 150 páginas, que narran la carrera de Quirarte de una manera no cronológica. Las épocas se saltan unas a otras, como regularmente se recuerda la vida. El lector podrá apreciar una especie de secuencias cinematográficas guiadas más por temáticas que por un tiempo en específico. En esos apartados es donde el balón vuelve a rodar para Quirarte.
CAMPEONATO INOLVIDABLE
La tarde del 20 de mayo de 2001 fue un infierno de más de 40 grados en Torreón. Santos Laguna jugó la final de vuelta del Verano 2001 contra Pachuca. Fernando Quirarte era entonces el técnico albiverde. Vivía su tercera liguilla al hilo y un año antes había perdido el campeonato de forma escandalosa ante Toluca. Ese domingo en el viejo estadio Corona significaba su revancha. Y cuando Robson Luiz metió el gol que le daba la vuelta al marcador global y las tribunas estallaron en júbilo, el Sheriff era un manojo de nervios en la banca; iba de un lado a otro dando indicaciones, como si de esa manera se consumiera más rápido el tiempo. Luego se dio el silbatazo final y la segunda estrella del equipo brilló en lo alto.
"¿Qué te puedo decir? Me acuerdo perfectamente que se llamaba 'La casa del dolor ajeno'. Imagínate, para que le hayan bautizado así, por algo era; por el gran apoyo que era el jugador número 12, que era la afición, esa gran afición que siempre recordaré con mucho cariño. Era fabuloso, era fenomenal. Me acuerdo que cuando el equipo no empezaba a jugar bien, el que pagaba los platos rotos era tu servidor: 18 mil gentes me echaban la viga. Y cuando ganábamos, había también un reconocimiento muy padre, como cuando quedamos campeones. Ese apoyo que tuvimos el día de Pachuca fue fundamental para que el equipo se coronara campeón".
Robson Luiz tuvo una campaña complicada, en todo el torneo no había anotado ni un solo gol. El profe Quirarte tuvo que jugársela, confiar en su jugador y desearle lo mejor al meterlo al campo. El brasileño entró por Héctor Altamirano al minuto 49 y anotó al 78. Aquel tiro cruzado al guardameta Miguel Calero tras el centro de Miguel Ángel 'El Iguala' Carreón, aún es un recuerdo latente entre los santistas.
"¡Híjole! La verdad ahorita me podría echar muchas flores, pero esa no es mi intención. Como bien lo comentas, está en el libro. Simple y sencillamente (a Robson) le tocaba. Yo creo que era el momento en que el equipo tenía que dar todo; estábamos en casa, jugando bien, el equipo iba para adelante, el resultado estaba para cualquiera de los dos lados. ¿Qué te puedo decir? Entró con una muy buena fortuna y logra meter el gol del triunfo, del campeonato, que la gente festejó muchísimo".
Sobre el próximo mundial que en 2026 se celebrará en Norteamérica y donde México se convertirá en el primer país en ser tres veces sede mundialista, Quirarte celebró la ocasión y los preparativos que se están gestando en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
"México se está preparando para ser anfitrión que suele ser, como siempre lo ha hecho, con esa amabilidad que caracteriza al mexicano. La gente lo va a disfrutar mucho. Los jugadores están en una excelente oportunidad de brindarse ante su afición en partidos en Guadalajara y en México. Y ojalá que los muchachos aprovechen esta oportunidad, porque jugar un mundial en tu país, la verdad… híjole, se me enchina la piel nomás de recordarlo".