SANTOS cayó con tigres… regresan tiempos que parecían olvidados.
Comentaba en la edición del viernes pasado en mi programa de TV, Futbolerías y Ecos Deportivos, que, por cierto, se transmite de lunes a viernes, por YouTube y Facebook, a las cuatro de la tarde, pero queda en la nube de estas redes para poder verlo a la hora que gusten --perdón por el comercial-- cuál sería el objetivo de Santos, al enfrentar a un rival como Tigres, muy superior en talento y calidad.
Es obvio que en el discurso del "Chanchi" Rodríguez, técnico santista, y de sus jugadores, escucharíamos que ganar sería la consigna; pero la realidad, y sobre todo, una visión más objetiva, podría cambiar el propósito final.
Más allá de que la marcha de ambos en el torneo les diera a los felinos apenas cuatro puntos de ventaja sobre los laguneros, diferencia muy corta en apariencia, pero producto de situaciones muy distintas: Tigres llegaba con tres victorias, un empate y solo un revés en la competencia, mientras que Santos solo sumaba dos triunfos y arrastraba cuatro derrotas; un claro contraste entre un cuadro ganador y otro perdedor y que establecían una realidad muy diferente para cada contendiente.
Así las cosas, el objetivo lagunero, que si bien llevaba implícito el deseo comarcano de ganar, también tenía alternativas más apegadas a la lógica, aun a sabiendas de que a esta señora frecuentemente no le pega la gana ir al futbol; entonces seguramente un par de posibilidades también pasaron por la mente del estratega lagunero, que si se presentaba la derrota no fuera por goleada, y la más alcanzable, sacar un empatito, aunque fuera pidiendo el tiempo y con el rosario en la mano.
Finalmente sucedió lo que más se apegó a la historia que ha venido escribiendo la oncena verdiblanca, un revés por la mínima, pero corriendo con mucha fortuna y con Carlitos Acevedo como héroe en la derrota, que sin duda debió ser mucho más abultada.
No se debe recurrir al argumento de que se tuvieron oportunidades y se desaprovecharon, pues las estadísticas del juego indican un abrumador dominio felino, 24 disparos, 9 al arco, 63% de posesión, 480 pases con 88% de precisión, por 13 disparos, 1 al arco, 37% de posesión, 280 pases con un 81% de precisión; solo en faltas Santos superó a Tigres, con 15 a 13.
En los siete partidos del torneo, a Santos le han disparado a gol en más de 130 ocasiones, un promedio de alrededor de 20 veces por partido, y sólo le han convertido once goles gracias a Acevedo, que desde el torneo anterior es el arquero con más atajadas de la liga (ignorado sin explicación por Aguirre en convocatorias a la selección mexicana) sino Santos tendría tanto cuero que podría poner una talabartería.
Francisco Rodríguez no puede ignorar estos datos y mucho menos pretender que su equipo está compitiendo, cuando es un hecho que le están pasando por encima, pero la suerte y su gran arquero han evitado que la factura sea más cuantiosa.
Hoy Santos tristemente ha regresado a los ayeres de la supervivencia, cuando aspirar al título era un sueño guajiro y los más importante era quedar lo más lejos de la desaparecida zona de descenso en este futbol nuestro de cada día.
anavarrolopez@aol.com