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El shadowban o la censura del contenido incómodo en línea

Se trata de una medida utilizada por las plataformas digitales para invisibilizar a los creadores de contenido que abordan temas sociopolíticos en sus cuentas o que no se adaptan a lo que el algoritmo considera potencialmente viral.

Imagen: Freepik

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ABRAHAM ESPARZA VELASCO

A veces, mientras estamos en redes sociales, recordamos cierta cuenta que nos gustaba y no ha vuelto a aparecer en nuestro feed desde hace tiempo, tal vez semanas o meses. Al buscarla descubrimos que no ha dejado de generar contenido, sino que, por alguna razón, la plataforma digital — YouTube, Instagram, TikTok, X, etcétera— ya no nos notifica sobre el nuevo material publicado. Esto sedebe al llamado shadowban, neologismo anglosajón que puede traducirse como “bloqueo invisible”.

El concepto comenzó a tomar relevancia en los foros en línea de la década del 2010. Para que obtuviera su nombre debió ser discutido como fenómeno en Twitter (ahora X) y en los chats de Reddit, sitio que se caracteriza por tener una comunidad muy activaque suele contrastar información en tendencia.

Se le conoce como baneo a la restricción parcial o total, temporal o permanente, de un usuario dentro de un sistema informático, en este caso redes sociales. Inicialmente, el shadowban se aplicó como un mecanismo para sancionar a quienes violaban las reglas deuna comunidad digital, sin anunciar públicamente la situación para evitar cualquier polémica. Los comentarios del afectado, entonces, se ocultaban a los demás, mientras él mismo sí podía verlos como normalmente lo haría, sin nada que indicara su bloqueo.

Pero lo que comenzó como una medida para castigar comportamientos inaceptables se convirtió en una forma de ocultar publicaciones al usuario de una red social para, de manera sutil, dar prioridad a otro tipo de contenido más “exitoso” y, sobre todo, redituable para la plataforma.

Mr. Beast, uno de los youtubers más exitosos en la historia de la plataforma.
Imagen: Infobae
Mr. Beast, uno de los youtubers más exitosos en la historia de la plataforma. Imagen: Infobae

ECONOMÍA DE LA ATENCIÓN

Los creadores de contenido afectados por esta práctica no reciben notificación alguna sobre ella. Simplemente el material que producen deja de aparecer en los feeds de los usuarios, incluso de aquellos que son sus seguidores. Con menos visualizaciones, disminuyen sus posibilidades de monetizar. Para continuar presente en el ciberespacio, el realizador tendrá que adaptar sus publicaciones a los lineamientos favorecidos por el algoritmo, pagar por tener más alcance o seguir alguna tendencia. De este modo, el shadowban homogeniza el contenido.

Los más perjudicados son quienes pretenden llegar a un público nicho, porque la mayoría de las plataformas buscan un crecimiento continuo y no incentivan la formación de círculos sociales pequeños. Más que reunir a las personas por medio de sus intereses o premiar la calidad audiovisual, las redes sociales buscan atrapar a la mayor audiencia posible con material fácilmente digerible. En el fuego cruzado de esta guerra llamada “economía de la atención” se encuentra el usuario, que consume contenido sin saber de dónde proviene ni por qué ha sido promovido. Y es entonces cuando surgen los influencers, sin que nadie en realidad los haya buscado.

James Donaldson, mejor conocido como Mr. Beast, es ejemplo de cómo adaptarse a lo que “pide” el algoritmo. En sus videos siempre están ocurriendo cosas: el texto vuela por la pantalla y cada mensaje prácticamente se grita para que el espectador notenga otra opción más que seguir viendo. Este tipo de edición “dinamita” nuestro cerebro, pues genera dopamina a cada instante, permitiéndonos consumir el video sin esforzarse por prestarle atención. Mr. Beast originó un estándar para los creadores de contenido posteriores, quienes intentan copiar su estilo con la esperanza de obtener al menos una pequeña parte de su enorme éxito.

“Hype”, la nueva función de YouTube, permite pagar por evitar el shadowban de un canal, pero ese dinero no llega al creador de contenido. Imagen: Freepik
“Hype”, la nueva función de YouTube, permite pagar por evitar el shadowban de un canal, pero ese dinero no llega al creador de contenido. Imagen: Freepik

LA EXTORSIÓN DEL SHADOWBAN: EL “HYPE”

Los creadores deben convertirse en seres crónicamente en línea, generando contenido en serie para que, con suerte, el algoritmo lo premie con promoción o que, al menos, no lo castigue con el shadowban El dejar de hacer transmisiones en directo, aunque sea sólo por un tiempo, es motivo suficiente para recibir de plataformas como Kick un mensaje incentivando el regreso del streamer a esta modalidad de producción audiovisual.

Detener la inercia de la creación de contenido significa la pérdida casi inmediata de seguidores que, al estar siendo impulsados a consumir cada vez más, pueden olvidarse rápidamente de las cuentas que siguen en redes sociales.

Cada cierto tiempo, estas se actualizan con nuevas reglas para los creadores. Un caso reciente es el de YouTube y el llamado “hype”. “Hypear” un canal en esta plataforma significa hacer donaciones para que esta lo promueva haciendo visibles sus publicaciones en el feed de más usuarios. Básicamente es una cuota para no shadowbanear aquellos videos que no le reditúan lo suficiente. Cabe mencionar que ese dinero no se verá reflejado como ganancia para el realizador, sino como ingreso directo para la red social.

Al mismo tiempo, esta dinámica reduce el alcance de talentos emergentes que podrían crecer más si se les permitiera encontrar su público nicho.

Para escapar del shadowban, los creadores se ven orillados a publicar
contenido constantemente, incluso si la calidad disminuye. Imagen: Freepik
Para escapar del shadowban, los creadores se ven orillados a publicar contenido constantemente, incluso si la calidad disminuye. Imagen: Freepik

DEL SHADOWBAN A LA CENSURA

Las normas de monetización en los videos de TikTok, Instagram o YouTube son, en sí, una variante de shadowban que, en ocasiones, cae directamente en la censura. YouTube, por ejemplo, limita —a veces en su totalidad— los anuncios para cuentas dedicadas a temas incómodos, como las cuestiones políticas, haciendo imposible que generen ingresos sin importar las visualizaciones que logren y, de este modo, desincentivar su labor divulgativa. Esto provoca que el contenido amigable, políticamente correcto e inofensivo sea el más visitado. En este ambiente hostil, canales como Cuellilargo, enfocado en la denuncia social, sobreviven únicamente por medio de donaciones voluntarias en Patreon.

En Instagram, X o Facebook, el algoritmo puede ocultar publicaciones si las considera spam u ofensivas, aunque en última instancia no lo sean. Basta con que detecte una palabra clave “insultante”. El problema es que la restricción no se limita a groserías, sino también a temas complejos. Por ejemplo, el término “suicidio” está prohibido en las redes sociales más populares, lo que ha orillado a los usuarios a sustituirlo por otros como “desvivirse” o “hacer la automorición”. De este modo se evade una censura queobstaculiza la discusión de temas sociales relevantes. Youtube, por su parte, está comenzando a aplicar el “modo restringido”, que implica una maneradeclarada de shadowban en la que el algoritmo no solo revisará las palabras claves que no se pueden decir, sino que limitará la difusión de videos a partir del contexto de lo que se esté hablando en ellos. Esto podría afectar a las cuentas que aborden temasproblemáticos, como el genocidio en Palestina. También acotará el alcance del contenido para que le aparezca a quienes, se supone, va dirigido, aunque es una medida que podría no funcionar. Por ejemplo, si un usuario consume mucha informaciónsobre videojuegos, la plataforma le ofrecerá contenido para niños aunque se trate de un adulto con un pasatiempo “infantil”.

El shadowban, junto con todo el comportamiento de los algoritmos en redes sociales, reduce el diálogo. Con las prácticas mencionadas, tanto la creación de contenido como su consumo se vuelven algo impersonal, mientras que el Internet en sus inicios fomentaba la relación entre individuos distantes y la formación de comunidades que no podrían existir de otra manera. Mantenerse crítico puede ser la mejor opción para no convertirse en una persona que simplemente se dirija a donde sea que la lleven las tendencias de un algoritmo que sólo busca atención a toda costa.

Instagram: @esve_brio

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