El Templo de Dios habita en el corazón humano: iglesia
Durante la misa dominical en el templo de Santiago Apóstol, el vicario Padre Francisco Isaac Cortés reflexionó sobre la conmemoración de la dedicación de la Basílica de Letrán, considerada la “madre” de todas las iglesias del mundo católico. En su homilía, llamó a los fieles a mirar más allá de las construcciones físicas y reconocer que el verdadero templo de Dios habita en el corazón y en el cuerpo humano, morada del Espíritu Santo.
El sacerdote explicó que esta festividad, una de las más antiguas del calendario litúrgico, recuerda que la Basílica de San Juan de Letrán es la sede espiritual del Papa y la catedral de Roma, no el Vaticano, como comúnmente se piensa. Sin embargo, subrayó que Jesús en el Evangelio no se refiere al edificio, sino al templo interior. “El Señor hablaba del templo de su cuerpo”, recordó, señalando que cada persona es también templo vivo y sagrado.
Cortés destacó que los templos materiales son expresión de belleza y fe, pero su significado más profundo está en la vida de cada creyente. “El cuerpo que Dios nos ha regalado es el templo del Espíritu Santo; hay que cuidarlo, formarlo y mantenerlo puro”, enfatizó. Añadió que la construcción de templos siempre ha simbolizado el deseo humano de buscar al Creador, pero la verdadera obra espiritual consiste en edificar el corazón.
Recordó que San Francisco de Asís fue inspirado por Dios para “reconstruir la Iglesia”, no solo en su aspecto físico, sino en los corazones de los fieles. “El Señor le pidió reconstruir su Iglesia, y eso mismo sigue vigente hoy. Cada uno de nosotros debe participar en esa tarea espiritual”, expresó.
Asimismo, el vicario recordó que el Papa Francisco eligió su nombre en honor al santo de Asís, porque también reconoció la necesidad de renovar la fe y tocar el corazón de la humanidad. “El Papa comprendió que reconstruir la Iglesia es volver al mensaje de Cristo y al servicio del prójimo”, dijo.
Al reflexionar sobre el gesto de persignarse frente a un templo, el Padre Cortés explicó que la cruz es el verdadero símbolo de la presencia de Cristo, más allá del tabernáculo. “Nos persignamos no solo por el sagrado, sino por la cruz que nos recuerda que Jesús fue levantado para la salvación del mundo”, mencionó.
El verdadero templo habita en el corazón
En otro momento de su sermón, advirtió sobre el riesgo de convertir la fe en una práctica mercantil. Citando el Evangelio, recalcó: “No conviertan en un mercado la casa de mi Padre”. Explicó que el mercado es un espacio donde se compra y se vende, pero la casa de Dios debe ser un lugar universal de misericordia, abierto para todos, sin distinción económica o social.
“La iglesia no es un negocio ni un espacio de exclusión. Es casa de oración y de encuentro, donde la misericordia debe ser accesible a todos los corazones”, insistió. En ese sentido, exhortó a los creyentes a cuidar tanto los templos materiales como el “templo interior”, simbolizado en el cuerpo y el alma de cada persona.
“El Señor Jesús nos invita a cuidar los espacios arquitectónicos, pero sobre todo el corazón humano. Debemos protegernos unos a otros como verdaderos hermanos”, expresó el vicario. Subrayó que la misericordia y el amor al prójimo son el cimiento que debe sostener a toda comunidad cristiana.
Finalmente, llamó a los asistentes a mantener viva la fe mediante la oración, el servicio y el cuidado mutuo. “Pidamos al Señor Jesús que nos conceda un corazón capaz de amar y proteger a los corazones que pertenecen a su Iglesia universal”, concluyó.
Con esta reflexión, el Padre Francisco Isaac Cortés reafirmó que la misión del cristiano es reconstruir la Iglesia desde adentro, comenzando por la conversión personal y el cuidado del espíritu. La misa dominical concluyó con una oración por la unidad y por la renovación de la fe en la comunidad de Santiago Apóstol.