Imagen: X/ @ElGerryChicago
Para quienes navegan una realidad alterna, regresar al mundo —el nuestro— puede resultar, casi siempre, en un retorno insípido ymonótono. Las dimensiones de su existencia quedan reducidas, mientras que toda interacción con el entorno se siente vacía y sin propósito. Aquel que cruza constantemente los límites del espacio terrenal ha estado en comunión con el desencanto y hay fuerzas que lo convocan siempre hacia los extremos.
Las mansiones de Zatar es un libro que da cuenta de esas voluntades quebradas que se refugian en las orillas del universo; personajes que no residen por completo en la normatividad y que se vuelven habitantes intermitentes de este escenario que creemos nuestro, pero también de ese otro cosmos que inventan: en el que pueden ser y expandirse.
Se sabe que son distintas las formas de disociarse de esta versión de la realidad. Habrá quienes se suscriban al alcohol, las drogas u otras sustancias, tal vez más peligrosas o de efectos más misteriosos. Incluso están los que escapan a través de los libros y los videojuegos, que ofrecen lugares en los que nos internamos hasta desentendernos de todo lo que nos rodea.
Esta obra propone una excursión al mundo virtual de Las mansiones de Zatar, un juego de roles en el que los usuarios deberán enfrentarse a desafíos que cada vez cuestionan más su moral que su destreza o capacidad estratégica. El perfil de los jugadores que se conectan a este servidor es el de individuos de normalidad aparente, pero que, al igual que en el juego, guardan un secreto insostenible y trágico.

PRIMEROS NIVELES
Esta es la novela más reciente de Kyra Galván, una de las narradoras y poetas más reconocidas de México. Fue publicada en 2025 por el Fondo de Cultura Económica en una edición que contiene, como portada, una ilustración de Laura Esponda Aguilar, lacual comprende algunas de las ideas más destacadas de la obra: la comunión entre lo tecnológico y lo humano, entre lo virtual y lo emotivo.
Se trata de un relato de ciencia ficción que construye un ecosistema en el que la civilización ha rebasado ciertos problemas propios de nuestras políticas actuales, así como también ha logrado una coexistencia más estrecha y sólida con lo informático. Sin embargo, esa relación tecnológica no ha resuelto por completo otras cuestiones como el crimen organizado, la drogadicción y, sobre todo, losconflictos emocionales.
En este contexto futurista, algunas condiciones de nuestro presente no han sido tratadas, quizá, con el sentido humano que demandan. De este modo, la narrativa funciona también como una advertencia de la gravedad y la dimensión de estos desafíos. La autora expone una creación movida por la empatía y la sensibilidad, por una certeza que reconoce las perturbaciones de nuestra era y las imagina en la distancia del tiempo, pero intervenidas con la esperanza y el vigor de la restauración.
La historia que nos cuenta Kyra Galván no es la de un futuro triste gobernado por las máquinas o sitiado por las computadoras. Lo que se deja ver acá es, de hecho, una visión bastante optimista de lo que está por venir, alumbrando, al mismo tiempo, las heridasque hemos dejado abiertas como civilización.

DAGAZ
Nos centramos ahora en tres de los personajes principales: Liliana, Dagaz y Udanga. La primera, una científica de prestigio que se enfrenta a un estado profundo de depresión. Se encuentra refugiada en su cuarto, ha suspendido casi toda comunicacióncon el exterior y sus únicas interacciones, hasta este momento del libro, son con la señorita Udanga, una agente enviada por el gobierno y que está capacitada para asistir en labores dentro y fuera del hogar, supervisar su medicación y monitorear el progreso o las recaídas que Liliana padece.
Más adelante, a la científica la acompaña Dagaz, un CUD (dispositivo utilitario canino, por sus siglas en inglés), es decir, un perrito robot. Como otros de su línea, posee una serie de habilidades que facilitan la existencia, como abrir cerraduras, funcionar comoGPS, alcanzar objetos de sitios difíciles y, por supuesto, servir como compañía para personas en estado de vulnerabilidad. Sin embargo, lo que hace especial a esta unidad es que es el resultado de un proyecto que ha mejorado a los CUD, otorgándoles más capacidades y un razonamiento mucho más elaborado, incluso pudiendo reemplazar la ayuda profesional.
Dagaz cobra peso en la narración hasta convertirse en protagonista de la historia, y es que uno de los cuestionamientos más importantes que nos propone Galván es: ¿Cuáles son las posibilidades de la Inteligencia Artificial?
Ocurre que al principio, quizá, no sea tan sencillo identificarse con este robot debido a que se siente alejado de todo rasgo humano, pero aquí es necesario aclarar que uno de los aciertos más notables de la novela es la capacidad de su autora para hacernos mantener la atención en el canino y, finalmente, establecer un vínculo emocional con él. Muchos sucesos son vistos a través de sus ojos. Es quien nos dirige a los bordes del misterio, pero también el encargado de construir certeza y ser el resplandor en un infiernoque se vuelve cada vez más hondo.

LILIANA
Muy temprano en la trama se revela que el único hijo de Liliana se ha suicidado. Las circunstancias que lo llevaron a terminar con su propia vida son desconocidas para ella y para quienes lo rodeaban.
El increíble desarrollo de conciencia que ocurre en Dagaz le permite experimentar empatía y sentir curiosidad por saber lo que pasó con Nigel. Este ímpetu por saber dirige al perro a Las mansiones de Zatar, un juego del que el hijo de Liliana era usuario y que después se convierte en la obsesión del CUD.
Ese entorno virtual representa una parte nociva y oscura de nuestra realidad. La empresa narrativa de Galván nos envuelve en este inframundo en el que la violencia, el abuso y el tráfico de personas aparecen como revelaciones. La excursión digital le permite a Dagaz desarrollar nuevos alcances en su sistema de valores y un sentido de la empatía mucho más elevado.
Es importante destacar que las entidades de esta obra, al igual que el perro-robot, están sometidas al cambio. Un recurso valioso en la construcción de personajes es que no son estáticos: crecen, adquieren más volumen y se desprenden de cierta versión desí mismos que los mantenía atrapados. El relato nos invita a reconocer estos caminos: quien ha sido silenciado, encuentra las palabras; quien se encontraba enfermo, puede sanar, y los que estaban de regreso, ahora tienen la posibilidad de llegar más lejos.
Las mansiones de Zatar es una novela que,desde un discurso claro y lineal, nos transporta a las diferentes dimensiones de nuestra realidad: desde los lados oscuros y siniestros de la red hasta la compasión y la plenitud de las que son capaces las personas.La escritura de Kyra Galván no se desborda en criticar o en gritar los riesgos de la tecnología. Al contrario, propone un equilibrio y afianza la relación entre humanos y máquinas. El libro tal vez sugiere la idea de que no hay una inteligencia artificial que nos opaque, sino un encuentro de voluntades que nacen de la ternura o de un circuito.
Instagram: @alfredoyen