La conversación con Francisco Rodríguez Vilchez, director técnico de Santos Laguna, reaviva una pregunta que cada vez resuena con más fuerza: ¿debe Carlos Acevedo estar en la lista de México para el Mundial del 2026? La portería del combinado dirigido por Javier Aguirre sigue siendo un tema de debate constante, aunque sin dejar de lado a los siempre candidatos Luis Malagón, que ya tiene el terreno ganado, y la posibilidad, aún latente, de que Guillermo Ochoa busque su sexto mundial.
Sin embargo, el debate surge cuando más allá de la historia o la jerarquía, hay argumentos que colocan al guardameta lagunero como una opción viable. Desde su regreso tras una lesión que muchos pensaron lo alejaría de su mejor nivel, Acevedo ha mostrado una madurez notable. No se trata solo de atajar balones: se trata de transmitir seguridad a todo un equipo y en un entorno donde la Selección Mexicana busca renovarse y encontrar una identidad sólida rumbo al Mundial del 2026.
Ochoa ha sido un símbolo, pero el futbol no se detiene en los nombres. El futuro se construye con presente, y el presente de Acevedo es brillante. Mientras que otros aún buscan consolidarse, el guardameta de Torreón ya demostró que puede responder bajo presión y que tiene el carácter para asumir la responsabilidad de ir a Mundial.
Por todo esto, la Selección Mexicana no puede mirar hacia otro lado. Si lo que se busca es construir una nueva historia bajo los tres palos, Carlos Acevedo debe ser parte de ella. No por capricho ni sentimentalismo regional, sino porque su rendimiento, liderazgo y mentalidad lo avalan. El arco del Tricolor necesita una nueva voz, y esa voz podría tener acento lagunero.