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Austeridad republicana

En severa crisis por austeridad, las dos grandes bibliotecas de México

Trabajadores han denunciado que la austeridad republicana ha generado la falta de insumos y herramientas

En severa crisis por austeridad, las dos grandes bibliotecas de México

En severa crisis por austeridad, las dos grandes bibliotecas de México

AGENCIAS

La Biblioteca Vasconcelos, en Buenavista, tuvo un pasado glorioso, desde su inauguración el 16 de mayo de 2006. Ese que fue el proyecto cultural de la administración foxista y llamada "La Catedral de la Lectura", "la joya de la corona", "el cerebro de la Red Nacional de Bibliotecas" y la "Megabiblioteca", vive hoy en la decadencia por la pobreza franciscana que le ha impuesto la administración cultural de los últimos años.

Desde el pasado martes, trabajadores de la Dirección General de Bibliotecas (DGB), pertenecientes al Sindicato Nacional de Cultura (Sinac) de la Secretaría de Cultura federal, mantienen cerrada la Biblioteca Vasconcelos en una asamblea informativa permanente para denunciar lo evidente: que la austeridad ha propiciado falta de mantenimiento adecuado en las instalaciones, desperfectos, daños, deterioros, filtraciones y falta de sistemas de seguridad; por ejemplo de 10 elevadores, seis no funcionan, falta de luz; los baños, mesas, puertas y el mobiliario, en mal estado.

Registro del deterioro

Sin usuarios, sin ninguna actividad cultural y sin siquiera trabajadores, la Vasconcelos luce tan vacía y frágil como la Mátrix Móvil, esa escultura de Gabriel Orozco que recupera un esqueleto de ballena. Sombría por los escurrimientos de las lluvias cubiertos de polvo, por la falta lámparas que no han sido sustituidas y por los focos faltantes en las lámparas colgantes, la biblioteca deja ver sus necesidades de mantenimiento.

Mesas con piezas faltantes, cableados expuestos, conexiones sin tapas, instalaciones eléctricas colgando, losetas quebradas, puertas sin chapas y atadas con jergas o alambres, portones sin llave que son aseguradas con barras de madera, lavabos flojos y oxidados, bebederos sin agua, elevadores sellados con plásticos amarillos que dicen "Prohibido el paso", jardines y jardineras desatendidas, contenedores y basura expuesta en una de las alas de la planta baja y una puerta exterior sin protección que permite el paso completo de una personas desde la calle son algunos de los desperfectos que muestran la falta de mantenimiento correctivo e intenso.

El problema va más allá y es de fondo. El paro que mantiene cerrada la Biblioteca Vasconcelos también incluye la denuncia de otra serie de problemáticas que vive la otra gran biblioteca pública del país y la segunda más importante de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de México, la Biblioteca de México en La Ciudadela, que está abierta, pero sin baños por la falta de agua.Trabajadores también han denunciado que la austeridad republicana ha generado la falta de insumos y herramientas. Incluso señalan que ellos han tenido que comprar guantes, mascarillas, pegamento y brochas para la restauración y limpieza de los libros dañados por el uso.

Denuncian otro asunto grave, dicen que la falta de presupuesto ha llevado a que los arcos de seguridad en las salas de consulta y las cámaras de seguridad no funcionen en ambas bibliotecas. Así como la falta de mantenimiento y recursos para su habilitación, lo que pone en riesgo el patrimonio bibliográfico de los dos recintos.

Las problemáticas son varias y la lista es larga. Los trabajadores que desde el martes se agrupan a  las afueras de la Biblioteca, denuncian incompetencia del titular de la DGB, Rodrigo Borja. Dicen que está rebasado y sin un plan de acción.

"Para estructurar un plan de trabajo bien hecho, no están. La hemeroteca de nosotros en la Biblioteca de México, en La Ciudadela, está en un patio. Los periódicos se están deteriorando porque los gatos entran y hacen pipí. Esos periódicos deberían estar en un lugar con temperatura especial, cuando llueve sólo los tapan con un plástico, porque se filtra el agua", dice Laura, trabajadora de la Biblioteca de México.

Sombras y falta de agua

La Biblioteca Vasconcelos fue construida en un inmueble ex profeso para ser biblioteca, según diseño de los arquitectos Alberto Kalach y Juan Palomar; abrió entre la polémica por su inauguración prematura que la llevó a cerrar año y medio para la corrección de varias fallas que implicó un costo superior a los mil 500 millones. También fue cuestionada por ser un recinto gigante que implicaría enormes exigencias para su mantenimiento, que hoy es uno de los problemas más apremiantes.

En 2016, bajo la dirección de Daniel Goldin, la Vasconcelos tenía un promedio diario de 5 mil 649 visitantes. Hoy, según datos del área de Enlace Interinstitucional de la DGB, la Vasconcelos, de enero a la fecha, ha recibido 334 mil 811 visitas, lo que significa 3 mil 348 visitantes al día.

En la Biblioteca de México reportan para el mismo periodo, un total de 22 mil 219 usuarios, que significa 222 asistentes en promedio al día.

Sobre la falta de agua en la Biblioteca de México, la DGB afirma: "Dicha situación está relacionada con intermitencias en el abastecimiento del líquido en la zona centro de la Ciudad de México, lo que ha ocasionado el cierre temporal en dos ocasiones del espacio para no afectar a usuarios ni a trabajadores; para estos últimos, se han considerado medidas de prevención como el trabajo colaborativo y a distancia".

Las mesas de discusión no se han establecido y el cierre de la Vasconcelos continúa. El miércoles, el licenciado Jorge Luis Domínguez Salia, coordinador nacional de relaciones laborales de la Secretaría de Cultura, ofreció a los trabajadores: "Estamos atendiendo todo lo que podemos atender y por eso estamos tratando de llegar a acuerdos", sin embargo, ese mismo día por la tarde, en un encuentro en Reforma 175, reconocieron que el mantenimiento y las reparaciones es un tema difícil por falta de presupuesto.

Justo el presupuesto fue un dato que no aportó la DGB en sus respuestas enviadas ayer: "El presupuesto de las bibliotecas Vasconcelos y de México dependen de la Dirección General de Bibliotecas". Tampoco dio datos sobre el presupuesto para adquisición de libros y revistas. Y concluyó: "En 2024, los requerimientos de iluminación se consiguieron gracias a donaciones y en cuanto a los elevadores y jardinería, los servicios se realizan con contratos de la Secretaría de Cultura". Pero eso en el recorrido no fue perceptible.

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