La presidenta Claudia Sheinbaum presentó este miércoles la reforma a la Ley de Aguas para regular las concesiones.
La consejera jurídica Ernestina Godoy explicó que las modificaciones en la Ley General de Aguas contemplan:
- Diseño de la estrategia nacional hídrica como instrumento de diagnóstico
- Planeación y evaluación de las políticas hídricas en el largo plazo
- Regulación de la captación de agua pluvial en el territorio nacional y establecimiento de obligaciones a las autoridades para la implementación de sistemas de captación de agua de lluvia en obras públicas y privadas
- Promoción entre la población de una cultura del agua que garantice este derecho humano para las generaciones presentes y futuras
- Reconocimiento de la participación social y ciudadana en el manejo y cuidado del agua, así como de los sistemas comunitarios de agua y saneamiento para uso personal y doméstico, sin fines de lucro
- Requisitos mínimos para la debida, integración y funcionamiento de los organismos operadores de agua y las características que deben llenar las personas titulares de esos órganos
Por su parte, el director general de la Conagua, Efraín Morales, explicó que con la iniciativa se deja de ver al agua como mercancía y se reconoce como un bien estratégico de la nación, por ello:
- El Estado será el único responsable de regular y garantizar el uso del agua
- No será posible transmitir títulos de concesión entre particulares
- Toda prórroga pasará por el análisis de la autoridad del agua
- Elimina cambios de uso
- Se crea un Registro Nacional del Agua
- Brinda certeza jurídica para todos los usuarios del agua
Se combatirá el uso indebido del agua al fortalecer el procedimiento para la imposición de sanciones y multas y el incremento de estas.
Como contexto, la presidenta Sheinbaum manifestó que fue durante el gobierno de Salinas de Gortari que se modificó la Ley para convertir las concesiones de agua en una mercancía.
“Es transmitible y vendible entre privados, eso generó no solamente descontrol en las concesiones, muchas veces ni avisaban a la Conagua, si no además, un uso excesivo, porque ni siquiera había control de cuanta agua estaba usando la concesión”.

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