
Esto es lo que pasa cada vez que calmas a tu hijo con una pantalla
Se ha vuelto común que las nuevas generaciones empleen la tecnología a edades cada vez más tempranas, sin embargo, esto trae graves efectos para su salud, sobre todo si se utiliza como un 'recurso' para calmar una rabieta.
Elvira Perejón, especialista en neurocrianza y creadora de BrainyPlay, un programa de estimulación para potenciar el desarrollo cognitivo de las y los niños lejos de las pantallas, compartió a través de sus redes sociales qué es lo que sucede al calmar a tu hijo de esta forma.

TAMBIÉN LEE ¿Qué becas pueden solicitar los alumnos de educación primaria?
Descubre cuáles son los requisitos y los pormenores sobre el proceso de solicitud para obtener el apoyo económicoLos peligros de calmar a tu hijo con pantallas
Lo que parece una solución inofensiva en realidad es un atajo que le obstaculiza desarrollar habilidades esenciales como la autorregulación, la tolerancia a la frustración o la gestión emocional.
Perejón detalla que "nunca se debe camuflar una rabieta porque ésta no es un capricho ni significa que tu pequeño sea un consentido. Es una emoción intensa que su cerebro aún no sabe regular. Si le damos una pantalla o lo distraemos para que 'se le pase', le enseñamos que:
Lo que siente es demasiado incómodo;
Las emociones desagradables deben evitarse;
No es seguro expresar lo que duele, frustra o desborda".
La especialista añade que cuando un pequeño obtiene una pantalla durante una rabieta, éste no se calma, si no se le enseña a desconectarse de lo que siente. "Su cerebro no aprende a transitar la emoción, solo a evitarla", puntualiza.
Es por ello que las pantallas no deben utilizarse como herramientas de regulación emocional, ya que "son estímulos que distraen y que, a largo plazo, dificultan la gestión emocional real", enfatiza.
En suma, pueden aumentar la hiperactividad, disminuyen la capacidad de atención, reducen la empatía y la conexión social, incrementan la impulsividad y favorecen el aparecimiento de problemas de sueño.

TAMBIÉN LEE Filosofía en niños, ¿para qué?
Con Lipman se conocen los beneficios de esta disciplinaEntonces, ¿qué hacer ante una rabieta?
Es necesario tener presente que se trata de un comportamiento normal durante el desarrollo, señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Suelen ser más intensas y frecuentes en algunos niños que en otros y empeoran cuando están cansados, con algún malestar o con hambre.
Para su manejo, la agencia de la ONU emite algunas sugerencias:
- Mantener la calma. La reacción de los padres es una lección de cómo poner fin a un conflicto, por ello no se debe responder con una rabieta de adulto.
- Dar contención. En caso de no saber cómo ayudarle, puede ser útil comunicarle: "Te voy a ayudar a que salgas de esto". También es posible abrazarlo, hamacar o cantarle.
- No centrarse en lo que provocó la rabieta. La última alternativa, si las otras no funcionan, es darle espacio y tiempo hasta que la rabieta pase. Es importante mantenerse paciente y disponible en todo momento.
- No ceder. No debe vincularse que al hacer una rabieta lo acerca a la solución.
Una vez que la rabieta pase, puedes manifestarle la alegría de que "haya recuperado el control y enseñarle cuál habría sido la mejor manera de actuar o de expresar lo que sentía, estimulando el uso de palabras", detalla la UNICEF.

TAMBIÉN LEE El diario personal en la infancia
Más que una salida emocional, es una forma de mejorar el bienestar general¿Cuál es la edad ideal para que tu hijo vea pantallas?
Healthy Children destaca que al cerebro del bebé le toma por lo menos 18 meses poder desarrollarse y así lograr comprender que los símbolos de la pantalla representan o tienen un equivalente en el mundo real.
Por esa razón, es más valiosa la interacción con las personas que le rodean y el tiempo de juego no estructurado, complementa Mayo Clinic.
La clínica explica que las y los menores de dos años tienen mayores probabilidades de aprender cuando interactúan y juegan con sus padres, hermanos, y otros niños y adultos.
En ese sentido, deja entrever que, si bien los menores pueden obtener beneficios de algunos tipos de tiempo frente a pantallas —como programas con movimiento, historias y música—, el tiempo de pantalla pasivo no debe reemplazar la lectura, la resolución de problemas o el juego.
Además, el tiempo en pantallas en niños de dos a cinco años de edad debe limitarse a una hora al día de programación de alta calidad.
Aconseja evitar los programas de ritmo rápido debido a que pueden presentarse dificultades para entender. Así también deben evitarse las aplicaciones con alto contenido distractor (como publicidad) y el contenido violento.
En ese sentido, el monitoreo en todo momento por parte de los padres, madres o cuidadores es imprescindible.

VER MÁS Los niños con arrebatos emocionales tienen más posibilidades de depresión de adolescentes
La adolescencia es un periodo crítico para la aparición de problemas internalizados.