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En los últimos días, el centro de México ha enfrentado una situación climática muy difícil. Lluvias intensas, fuera de lo común, provocaron inundaciones, deslaves y el desbordamiento de varios ríos.
Estos fenómenos afectaron gravemente a los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz. Según datos oficiales, al menos 64 personas han perdido la vida y un número similar continúa desaparecido.
Las autoridades trabajan en las zonas más dañadas, donde muchas familias han tenido que dejar sus hogares. La combinación de estos eventos naturales ha dejado una estela de destrucción y mantiene en alerta a la población y a los equipos de emergencia.
Se presentaron más de un fenómeno meteorológico
"Fue un evento extraordinario, resultado de varios fenómenos que se presentaron a la vez", explicó el doctor Arturo Quintanar, científico del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El experto señala que se registró una humedad atmosférica extraordinaria debido al ingreso de una onda proveniente del este, la cual provocó la formación de depresiones tropicales tanto en el litoral del Golfo de México (este) como en el océano Pacífico (oeste).
Rodeado por ambos fenómenos, el centro del país quedó 'encerrado' en una situación crítica que derivó en lluvias intensas, justo en semanas donde ya se habían superado los registros históricos de precipitación.
"Hemos rebasado el máximo histórico climatológico del mes, eso es clarísimo", explicó Quintanar.
Varias regiones del este del país, especialmente en los estados de Hidalgo, Puebla, Querétaro y Veracruz, registraron alrededor de 60 horas continuas de lluvia. Esta situación, sumada a factores geográficos locales, intensificó las inundaciones en la zona.