
FOTO: Ramón Sotomayor
Ha terminado otro ensayo de Camerata de Coahuila en el teatro del Instituto de Música de Coahuila (INMUS). Se han recogido los instrumentos y apilado sillas. En el ala izquierda se mantiene el oscuro piano de cola, como un testigo en descanso. Allí anda también el maestro Ethan Eager (Torreón, 1986), nombrado director artístico de la orquesta apenas meses atrás. Trae la batuta en la mano. Se dice listo para el concierto México Sinfónico que se realizará hoy viernes 12 de septiembre, en punto de las 20:30 horas, en el Teatro Nazas.
La música lo eligió. Ethan Eager confiesa apenado, pero no encuentra otra manera de describir su encuentro con el arte de la musa Euterpe. Viene de una familia de músicos, algunos profesionales, otros aficionados, pero músicos al fin; las partituras no discriminan el talento. Mayor de ocho hermanos, apenas tenía cinco años cuando empezó a estudiar piano bajo la instrucción de su madre. Más tarde, a los 11, tomó clases de violín con los maestros Guillermo Villalobos, Natalia Zabolotskaja, Tatiana Marouchtchak, Tatul Yeghiazarián y Marina Gorbenko.
La preparación de Ethan Eager no paró allí. En 2009 estudió dirección orquestal con la maestra Natalia Riazanova. Y en 2010 se trasladó a Ciudad de México para tomar talleres de dirección orquestal con Armando Zaya Pérez y Jorge Córdoba Valencia. Ese mismo año viajó a Viena para recibir instrucción de Manfred Huss. Además, Eager tomó en 2018, en Zacatecas, un curso de dirección orquestal con Jörg Birhance. Y recientemente, entre 2020 y 2021 tomó cursos de análisis musical y a distancia con el maestro Birhance, a través del European Music Institute Viena.
En la actualidad, además de ser el director artístico de Camerata de Coahuila, también dirige la Orquesta Sinfónica Juvenil de Torreón (OSIJUT) y el INMUS.
“Dirigir orquesta es una combinación entre trabajar con la música (lo que hacen todos los músicos) y trabajar con las personas. Las dos cosas me encantan y son difíciles, pero a la vez gratificantes. Para uno como músico, de forma individual, es gratificante interpretar bien técnica, mental y emocionalmente una obra musical. Por otro lado, combinar a un grupo de personas para que haga y realice juntos como equipo de trabajo, es también gratificante. Es como un equipo deportivo, pero en vez de jugar un juego, lo que produce es arte”.
UN CONCIERTO MEXICANO
El concierto México Sinfónico es el segundo en la temporada Otoño-Invierno 2025 de Camerata de Coahuila. Será el único a realizarse en el Teatro Nazas durante el último semestre del año. En el marco de las fiestas parías se ha diseñado un programa que incluye obras como Música para charlar (1938), de Silvestre Revueltas; Tierra de Temporal (1949) y Huapango (1941) de José Pablo Moncayo (1941); Mosaico Mexicano (2002), de Antonio Rodríguez; Encuentros (1992), de Samuel Zyman y Conga del fuego nuevo (1999), de Arturo Márquez.
“Donde las palabras se quedan cortas, empieza a hablar la música. Hay una identidad mexicana que podemos reafirmar a través de nuestra historia, de nuestra literatura, de nuestras costumbres y tradiciones, todo eso… pero todo va acompañado de música. ¿En qué fiesta mexicana no hay música? Y del estilo que sea: rancheras, mariachi, pero el mexicano no vive sin música”.
Hay una identidad mexicana que sólo la música es capaz de expresar. Las piezas elegidas para esta noche constituyen un programa fresco, con música de los últimos 60 años del siglo XX y otra que pertenece a la infancia del siglo XXI. En ellas hay un notable papel del ritmo, la reunión de un mosaico de texturas musicales, cuyos acentos arrojan paisajes de las distintas regiones del país.
“La música es un idioma universal, no hay que traducir. Pero sí, los ritmos que mencionas, los patrones rítmicos, los compases cambiantes, las armonías propias, estos cantos armonizados en terceras, que vienen mucho de las rancheras, por ejemplo, forman un lenguaje musical que no necesitamos que nos traduzcan. Esto entra directo a las venas. De esa forma lo percibo: es un lenguaje que traemos en la sangre simplemente por ser mexicanos”.