Familias laguneras regresan a la rutina tras llegar fin de vacaciones

Después de poco más de mes y medio de vacaciones, el inicio del ciclo escolar 2025-2026 también representa el regreso a la rutina de miles de familias laguneras; hay que adaptar el horario de sueño de los niños, niñas y adolescentes, alistar los uniformes, prepararles el almuerzo y un lonche adicional que les sirva de combustible durante la jornada escolar. 

En casa de la familia De Lira Solís, enclavada en la colonia Polvorera del poniente de Torreón, Katia se dedica a entregar comida a domicilio a través de una conocida plataforma digital mientras que su esposo Jesús, es mensajero. Tienen tres hijos, Dylan y Susan que ingresarán a tercero y primero de primaria y Kevin, que cursará el último año de secundaria. 

La madre de familia, admite que el regreso a la escuela eleva el gasto en el hogar pero que gracias a que planeó con anticipación la compra de los útiles escolares, pudo afrontar este compromiso financiero. Calculó que en este ciclo, invirtió alrededor de 10 mil pesos, pero dice que vale la pena, pues su deseo, junto con el de Jesús es que sus tres hijos se superen y cumplan todas sus metas. 

"Estoy sufriendo mucho porque están creciendo muy rápido, pero me gustaría que estudien para que tengan oportunidades, muchas que nosotros no tuvimos. Yo solo hice el bachillerato, iba a entrar a la Normal, quería ser maestra, pero un día antes mis papás me dijeron que no se iba a poder y se acabó, tuve que trabajar. A mi esposo creo que le faltaron dos meses para terminar el Conalep, se quedó sin su certificado", comentó. 

Katia mencionó que le gusta involucrarse en el proceso de aprendizaje de sus hijos y que incluso, ha participado en las mesas directivas de padres de familia.

Mañana lunes, en su hogar la alarma sonará en punto de las 5 de la mañana; ella es la primera que se levanta y posteriormente, hacen lo propio los menores quienes deben tomar una ducha, vestirse, revisar su mochila, guardar su lonche y subir al vehículo para emprender el viaje de entre 10 y 15 minutos, con destino a sus escuelas. 

"El niño mayor ya sabe planchar, él se plancha su ropa, se limpia sus zapatos, y a los otros dos les plancho un día antes, y en la mañana se levantan y se meten a bañar, con mucho pesar. Me pongo a hacer el lonche y nos vamos a la escuela", dice entre risas. 

Dylan y Susan fueron inscritos en la primaria Sertoma 1965 de la Segunda Rinconada de la Unión. El niño dice que no quiere regresar a clases porque prefiere los videojuegos, los brincolines y "asaltar" a toda hora el refrigerador de su madre, aunque luego hace una pausa y acto seguido, dice que le gustaría ver a su amigo "Emi", así como seguir aprendiendo matemáticas, su materia favorita. 

Con el regreso a clases de sus hijos, Katia cuenta que también tomará un respiro, sobre todo porque tendrá más tiempo para dedicarlo a la repartición de comida y a sus entrenamientos de natación. Finalmente, pidió a los padres, madres de familia y tutores que: "apoyen a los maestros porque si les echamos la mano nos va a ir muy bien, la educación es importante para el futuro de nuestros hijos".