
Fortalece tu microbiota intestinal
Para tener una buena salud gastrointestinal, la microbiota juega un papel fundamental. Por esa razón, la nutrióloga adscrita al Instituto Mexicano del Seguro Social, Sarahí González, ahonda sobre las maneras en que se puede mantener en buen estado.
La especialista define a la microbiota como un conjunto de microorganismos, entre los que se encuentran bacterias, hongos, virus o parásitos, que viven dentro del cuerpo humano. Si bien existe en varias partes del cuerpo, como una microbiota oral, microbiota vaginal, microbiota anal y, por supuesto, microbiota intestinal.
Vital
González considera que la microbiota intestinal desempeña un papel que es vital para la salud humana.
“Tiene dos funciones principales, la primera tiene función sobre el metabolismo y pues aquí va a sintetizar algunas vitaminas y ácidos grasos de cadena corta. Y la segunda función va a actuar como barrera defensiva en la modulación del sistema inmunológico”, dice. Señala, además, que cuando no se encuentra en el mejor estado, puede provocar, entre otras cosas, alteraciones en el estado de ánimo.

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La microbiota se ve influencia desde el principio de la vida, desde el tipo de alumbramiento que tuvo la persona. De ese mismo modo, lo que haga en su vida, los hábitos que elija o las necesidades que le exija su cotidianidad, lleva a tener efectos positivos o negativos.
“Tiene también importancia para el sistema inmune, por lo tanto, va a hacer que haya protección contra los patógenos y va a tener algunas funciones metabólicas. La microbiota intestinal también puede ser alterada por la edad, por el peso, por el sexo, por la genética, y, como ya lo habíamos comentado, por la dieta, por el estilo de vida, por algunos medicamentos (específicamente antibióticos), por la actividad física, por la ingesta de probióticos y de prebióticos, enfermedades gastrointestinales y estado de nutrición del paciente”, dice.
Su papel
La especialista destaca las funciones que tiene la microbiota en el organismo, y la manera en que regula otros aspectos del cuerpo:
“Su principal tarea es principalmente la digestión y la absorción de nutrientes. Tiene producción de vitaminas esenciales, ayudar a la secreción antimicrobiana, a la fermentación de polisacáridos no digeridos. Esto quiere decir que a partir de la fermentación de algunas fibras va a ayudar a crear elementos esenciales para la vida. También ayuda a fortalecer la barrera intestinal, mejorando la regeneración epitelial (celular, que ocurre tras una lesión).
“Todo esto va a tener un efecto directo en el peso corporal, la regulación del metabolismo, el apetito, el sistema neuroendocrino y la inmunocompetencia. Esto hace referencia a que, dependiendo de todos estos factores, nuestra salud se verá afectada de manera positiva o negativa en todos aspectos de apetito, síndrome neurológico, neuroendocrino, coronario, cerebro vascular y en la resistencia a algunas enfermedades”.

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Al ser parte del tránsito que hacen los alimentos, Sarahí González explica cómo la dieta cotidiana puede ayudar a tener una microbiota más saludable.
“Las fibras solubles van a crear un efecto prebiótico al influir de manera deliberada en la cantidad de la microbiota intestinal. Las fibras solubles, o las que resisten a la descomposición en el intestino delgado, van a aumentar la producción de bacterias buenas. ¿Cuáles son estas bacterias buenas? Las bifidobacterium y los lactobacillus. Estos a su vez van a disminuir el crecimiento de bacterias patógenas”, dice.
Elegir la dieta adecuada, que lleve todos los nutrientes necesarios, es ideal para mantener la microbiota en buen estado.
“Las dietas que son bajas en carbohidratos y en fibras, como la keto, van a traer efectos negativos como la disminución de las bacterias beneficiosas la salud y aumentar las bacterias que no lo son. Entre ellas la escherichia coli o la parabacteroides.
“También una dieta con una ingesta alta en carnes rojas y alta en lácteos, va a aumentar las bacterias patógenas, lo que va a tener como consecuencia trastornos cardiovasculares debido a la producción de compuestos tóxicos”.
La necesidad de la fibra
La nutrióloga hace énfasis en que la ingesta adecuada de fibras, tanto solubles como insolubles, es necesaria para la salud de la microbiota intestinal.
“Los podemos encontrar en alimentos vegetales y nos van a ayudar a fortalecer, primero la microbiota intestinal a que las heces salgan compacta y que puedan agarrar un poco más de volumen.
El consumo de prebióticos va a estimular el sistema inmunológico, a regular el pH intestinal y a promover la absorción de minerales. Su consumo va a ser esencial para el mantenimiento del equilibrio de la microbiota y va a tener un papel importante en el tratamiento de la obesidad y la diabetes mellitus 2. Del mismo modo, va a aumentar la capacidad de producción de mucosa intestinal y va a disminuir la permeabilidad de la mucosa intestinal, aparte de que va a regular el sistema inmunitario gastrointestinal”.